La esquina
José Aguilar
Las pelotas de Bildu
La colmena
Al PSOE le tocó la lotería el 2 de diciembre con el inesperado vuelco político en Andalucía y a las mujeres con Vox. No hay ninguna equivocación; sólo ironía y un punto de vista diferente del que se ha asentado en los últimos meses en el debate público. Me explico.
La primera parte de la reflexión tiene que ver con la gestión de las expectativas, con la falta de banquillo (en las tres derechas) para asumir el codiciado sillón de San Telmo y con la dificultad real que el equipo de Juanma Moreno está encontrando para lanzar señales a los andaluces de que su proyecto de alternancia es realmente "eficiente" y "eficaz". Porque el relato de la herencia recibida se agota (y el margen de los cien días también) sin que se vislumbre una hoja de ruta ambiciosa de cambio y porque en el complejo sudoku de la demoscopia no podemos olvidar nunca del principio de Arquímedes: afrontar una campaña con el BOJA bajo del brazo ayuda pero, si empujamos más de la cuenta, corremos el riesgo de desbordar el horizonte. Me refiero al efecto rebote: ¿suma o resta el tripartito andaluz -con los incómodos aliados de Vox- de cara a las generales de abril? ¿le tocó la lotería al PP con la Junta o le tocará al PSOE de Sánchez gracias a Andalucía?
No hay nada como un buen ataque para despertar. El sondeo postelectoral del CIS confirmó hace unos días lo que era una evidencia, que fue la abstención lo que dejó sin opciones a Susana Díaz, y la campaña misógina de Vox está empujando en la misma dirección. Las mujeres nos hemos situado en el centro de la precampaña, la celebración del 8-M será este año un anticipo de la contienda electoral y lo paradójico es que, al final, puede que hasta nos beneficie. Por lo que decíamos de Arquímedes y de despertar.
Aunque la igualdad no es (no debería ser) patrimonio de la izquierda, como no lo es la bandera andaluza del PSOE, de momento lo parece. Es lo que ocurre cuando dejamos la tierra baldía; que se la llevan quienes la trabajan. A dos meses de las urnas, todos los partidos, sin excepción, se han puesto a pescar en el caladero feminista. Las formaciones de izquierda intentando capitalizar las marchas del 8-M -reivindicando lo conseguido y advirtiendo de su fragilidad-, el PP en la tesitura de si le interesa o no ubicarse en la foto, Ciudadanos tras la brújula del centro con su decálogo de "feminismo liberal" y Vox sumándose a la ola -pero en destructivo- con su manifestación rebote contra el "feminismo maquinador". ¡Y es que hasta los de Abascal van a trabajar por la igualdad!
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