benito Pizarro

Feria del Caballo o Verbena del Caballo

LOS orígenes de la Feria del Caballo de Jerez arrancan cuando el rey Alfonso X 'El Sabio' otorga a esta ciudad, en el año 1.287, la facultad para realizar dos ferias anuales las cuales tenían un marcado objetivo de fomentar actividades relacionadas fundamentalmente con productos agrícolas y ganaderos, en los que sobresalía el vino y los caballos por su alta calidad. Ello supone que nuestra feria cumple, con esta edición del 2.014, la friolera de 727 años de antigüedad, si bien tenemos que adelantarnos mucho en el tiempo para contemplar la nueva configuración y finalidad que tiene la Feria de Jerez en nuestros días. Los impulsores y creadores de esa profunda reconversión que dio como fruto nuestra actual Feria del Caballo , donde el caballo cobra un especial protagonismo en la misma, fueron cronológicamente, el alcalde de esta ciudad Álvaro Domecq y Díez, en la década de los cincuenta del siglo pasado, que instituyó la Semana del Caballo en la Feria, y Miguel Primo de Rivera y Urquijo, también alcalde de Jerez en la década de los sesenta, que creó y aglutinó bajo el nombre de Feria del Caballo todos los actos de diversión, espectáculos hípicos, exposiciones de ganado y maquinaria en un mismo entorno.

Es a partir de las tres últimas décadas del siglo pasado cuando el caballo se convierte en el verdadero protagonista de la Feria de Jerez, alcanzando unas muy altas cotas de reconocimiento y prestigio, tanto nacional como internacional, tanto en el mundo de la elite del caballo, como en el empresarial, en el artístico, en el político, en el de la comunicación, etc. Sus diversas actividades ecuestres deportivas como el raid hípico, exposiciones de sementales, concursos de carruajes y enganches, concursos de saltos, concursos de doma vaquera, acoso y derribo etc., así como sus espectáculos ecuestres y su paseo de caballos y enganches en el real de la Feria, han conformado un elemento diferenciador o sello propio, que hoy, a la Feria de Jerez la hace distinta a todas las que se desarrollan en el ámbito nacional.

Pero todo este esfuerzo colectivo realizado durante tantos años para conseguir ese extraordinario nivel de prestigio de nuestra Feria del Caballo ¿puede perderse?. Es a partir de la celebración de los Juegos Ecuestres Mundiales 'Jerez 2002' , y sobre todo en las últimas legislaturas, cuando, con independencia de los graves efectos que ha tenido la crisis económica sobre el sector del caballo en general, se observa una gran dejadez e indiferencia de los gestores públicos y de la clase política local sobre el futuro del mismo, como si este fuera invisible, lo que está repercutiendo muy negativamente en el desarrollo de las actividades ecuestres, anteriormente citadas, en nuestra Feria cuando el caballo es el origen y verdadera alma de la misma.

En relación a las pruebas hípicas, además de la fuerte reducción experimentada en el número de pruebas en relación a las primitivas, las impartidas actualmente están teniendo, con excepciones como la doma vaquera, bajos niveles de participación así como en la de calidad de jinetes y caballos, y caída apreciable en el número de espectadores. Pero donde el deterioro es más evidente es en el paseo de enganches y caballistas en el real de la Feria, que es la tradición más característica y popular de la misma. Teóricamente dicho paseo esta estrictamente reglamentado en la Ordenanza Reguladora de la Feria del Caballo, en la que se exige que tanto los caballos como los jinetes, enganches y cocheros que participen en el mismo deben ofrecer una imagen impecable dentro de la estética marcada por el protocolo en el ámbito ecuestre, así como que el paseo se desarrolle en unas condiciones de orden y seguridad, pero la realidad actual es muy distinta ya que el cumplimiento de la citada Ordenanza es prácticamente inexistente o de muy baja intensidad de aplicación, degradándose la situación en cada nueva edición de la Feria.

La incomparable exhibición en tiempos no muy lejanos, que en muy pocos lugares feriales se podía contemplar, de las diversas tipologías de carruajes, de razas equinas, de estilos de montar, etc. es prácticamente impensable verlo actualmente, a no ser que se tomen para el futuro medidas drásticas al efecto. La presencia de esos magníficos y únicos enganches con sus cocheros y lacayos perfectamente uniformados, tanto de instituciones públicas como la Real Escuela, la Yeguada del Bocado, el II Deposito de Sementales, la Yeguada Militar, como privadas pertenecientes a empresas bodegueras, familias ganaderas, particulares, etc., es mínima o inexistente, ocurriendo algo parecido en el ámbito de jinetes y amazonas con un apreciable nivel de monta.

Un porcentaje muy significativo de los enganches que actualmente transitan por el real de la Feria son coches de alquiler, provenientes en gran parte de municipios cercanos, que en su mayoría, existiendo excepciones notables, presentan un incumplimiento total de la Ordenanza citada en cuanto a la mala estética de sus carruajes, la baja calidad y deplorable estado físico de sus caballos, así como a la variopinta vestimenta de sus cocheros y acompañantes. A esto hay que añadirle el incumplimiento de las condiciones de orden y seguridad impuestas, bien por aparcamientos o paradas indebidas, por dejar los carruajes sin cocheros en el pescante mientras estos vocean sus servicios de alquiler pie a tierra con el peligro que ello conlleva, o por el engaño a sus clientes al no realizar el recorrido completo al ir recortando el trayecto por las rotondas del paseo a caballo debido a la competencia terrible de precios existente, donde un paseo en coche de caballo en la Feria de Jerez sale, per cápita, mas barato que en cualquiera de las atracciones existentes en la misma. Ante este panorama ¿cómo se quiere que esos magníficos y únicos enganches, anteriormente citados, paseen conjuntamente por el ferial con estos 'coches y cocheros' atípicos?.

Ante esta situación deteriorada que presenta el tratamiento del caballo en nuestra Feria de Jerez, en la que no se debe olvidar que el renombre y prestigio alcanzado por la misma se debe a este noble animal, se debe actuar urgentemente por las autoridades políticas locales competentes para rectificar y enderezar la misma, aun estamos a tiempo de corregir. Hay que tomar medidas que conduzcan entre otros fines, a una aplicación rigurosa, como ya se hizo en tiempos pasados, de la Ordenanza Reguladora de la Feria del Caballo en relación con el tema equino, a la construcción de una infraestructura desmontable adecuada para alojamiento tanto de enganches como de caballos que puedan venir de fuera de nuestra ciudad, en este caso el desaprovechamiento de las instalaciones de Chapín es lastimoso, a una política incentivadora, promocional y divulgadora hacia los propietarios de enganches y caballos para la monta, etc..

Confiemos en que nuestra primera autoridad local ponga todo su empeño, que es mucho, en canalizar la situación descrita y consiga, a través de la aplicación de los medios necesarios, los mismos tan buenos resultados obtenidos para la promoción del vino de Jerez en estos últimos tiempos.

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