La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Filoetarras y cultura de la violación

Acusar al PP de promover la cultura de violación es tal disparate que hasta López y Llop se han desmarcado

La Presidencia del Congreso de los Diputados retira la palabra a una diputada de Vox por llamar filoetarra a quienes lo son (no etarras, aunque muchos lo fueron, sino amigo de como indica el prefijo filo) y solo pide a Irene Montero "contención en las expresiones" cuando acusa al PP de promover la cultura de la violación. Vayamos por partes.

Que EH Bildu es filoetarra es un hecho reconocido por ellos con palabras y hechos. No hace falta remontarse a los condenados por sus vínculos con ETA que hoy militan en este partido, basta recordar estas conocidas y recientes palabras de Otegi: "Tenemos a 200 presos en la cárcel y si para sacarlos hay que votar los Presupuestos, pues los votamos. Así de alto y claro os lo digo". El plural inclusivo (uso de la primera persona del plural que incluye también al receptor o a los receptores del texto en nivel de igualdad como parte de la misma comunidad) es suficientemente significativo y deben ser amigos de los etarras quienes tanto interés tiene en sacarlos de la cárcel.

Acusar al PP de promover la cultura de la violación, una de las más graves acusaciones que puedan hacerse a un partido, es muy distinto. En el documento de la ONU Mujeres Dieciséis maneras de enfrentarte a la cultura de la violación, muy citado por los defensores de Montero, se define como la cultura que "se da en entornos sociales que permiten que se normalice y justifique la violencia sexual". Es cierto que la muy desafortunada -por decirlo suavemente- campaña de la Xunta a la que Montero se refería va en esta dirección: "Se pone unas mallas deportivas. Va a correr por la noche. ¿Qué pasa ahora? No debería pasar, pero pasa". No, señores del PP gallego: una mujer tiene derecho a salir a hacer deporte como le dé la gana sin que ello conlleve la posibilidad de que sea agredida. La poca vestimenta no puede entenderse como una provocación que aliente la agresión sexual. En esto están sobrados de razón quienes han denunciado esta campaña. Otra cosa es acusar en sede parlamentaria al PP de promover la cultura de la violación. Tal disparate que hasta Patxi López -"no debería jugar con esto"- y Pilar Llop - "ningún partido demócrata que ha firmado el Pacto de Estado y que ha votado a favor de la Ley Integral contra la violencia de Género fomenta ningún tipo de cultura en contra de las mujeres"- se han desmarcado. Háblese seriamente de lo serio.

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