Relaciones Humanas

Manuel Fernández / García-Figueras

Fitur

Esta denominación se refiere, como es bien sabido, a la Feria Internacional del Turismo que se celebra anualmente en Madrid y que se ha convertido en un nombre que parece mágico para muchas cosas. Todo el mundo habla de Fitur, todos quieren visitar sus stands, son muchos los que, desde provincias, no perdonan visitar Madrid unos días para estar en la Feria del Turismo y aprovechar para otros asuntos. Es un auténtico "boom" mediático que atrae la mirada y la presencia de miles de personas. El problema surge cuando uno se pregunta, con sinceridad y con total imparcialidad, si merece la pena el dineral que se invierte y se gasta en Fitur.

Este Diario publicó un comentario de C. Piedras que nos pareció magnífico por recoger con realismo y simpatía lo que nosotros hoy reiteramos. ¿Compensa a las empresas y a los ayuntamientos el derroche de dinero, de trabajo y de tiempo que se necesita para estar dignamente en Fitur?

Y a eso precisamente queremos referirnos y hemos dejado pasar unos días para no caer en pesimismo exagerado por la cercanía de los hechos.

La buena imagen de Jerez queda muy bien resuelta con el espectáculo de los caballos de la Real Escuela aunque desgraciadamente no es una exhibición masiva de público porque el bello recinto de la Plaza Mayor reduce las posibilidades de asistencia. Pero, aparte de los caballos, no nos parece que Jerez haya estado en Fitur a la altura de su categoría, dicho esto con todo respeto y solidaridad con los responsables. Los actos puntuales convocados por nuestro Ayuntamiento no fueron debidamente publicitados y a unas horas no muy favorables para las personas que normalmente tienen un horario de trabajo.

Creemos que habría que reconsiderar la forma de estar presente en Fitur, si es que tras un examen objetivo se considera que es positivo. Jerez tiene que tener más peso específico, por ejemplo en el tema del sherry. En la edición de 2009 podría parecer que Jerez se ha quedado sin vino. Ni Jerez, ni el Consejo Regulador, ni ninguna de las bodegas contaban con stand propio. En el pabellón de Cádiz se servía un estupendo fino de El Puerto y en el bar VIP de la Junta de Andalucía el vino de aperitivo era un excelente (de verdad, muy bueno) fino de Montilla-Moriles. Por cierto que la ciudad de El Puerto sí tenía stand.

Decimos todo esto sin acritud pero con plena veracidad porque estas cosas duelen y aún más cuando está uno a muchos kilómetros de la calle Larga. Los jerezanos presumimos, con toda la razón, de nuestra tierra y no queremos que estas oportunidades se pierdan y pasen desapercibidas. Si se decide estar hay que estar como Dios manda.

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