Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

ES el departamento de Informática? -Sí, diga. -Mire, llamo porque se me ha bloqueado el país.

-¿Ha probado a reiniciar el sistema?

-Sí, pero sigue colgado.

-Pues apague y encienda. O tire del cable.

-También lo he hecho, pero no funciona.

-Pues entonces tendremos que ver si tiene un virus, y es posible que haya que formatearlo. Si después sigue sin arrancar, habrá que tirar su país y cambiarlo por uno nuevo.

El proceso con un ordenador averiado parece claro. Con una enfermedad también. Se tratan los síntomas con medicamentos, las zonas afectadas con radioterapia o cirugía. Y si hay que amputar o extirpar, se hace para no poner en peligro todo el organismo. ¿Y alguien duda a estas alturas de que este país no se encuentra profundamente enfermo, terriblemente averiado? Ayer no hubo forma humana posible de huir de los papeles de Bárcenas, el tesorero/enterrador del PP. Estaba en todas partes, como una metástasis. En la barra del bar, en el autobús, en las peluquerías, en la cola del Mercadona, colapsando las redes sociales. Y poniendo de acuerdo, oh cielos, a los dos principales periódicos del España, que casi siempre parecen informar de dos países diferentes. La corrupción política ha unido a todo el mundo: no podemos seguir así. Que se queden los hombres de negro, que dimita el Gobierno en pleno, que se convoquen elecciones, aun a riesgo de que el resultado más justo sería que quedaran desiertas. ¿Qué partido puede mostrarnos sus manos limpias? ¿De veras el PSOE se ve como opción creíble cuando no hay más que mirar el enjuague de subvenciones públicas en su Fundación Ideas?

En el índice de percepción de la corrupción en el sector público que elabora cada año Transparencia Internacional con opiniones de expertos y analistas, España ocupó en 2012 el puesto 30 de 176 países. Una posición inmerecida, por positiva, si se aclara que cuanto más bajo en lista, más corrupta es la administración. Compartimos puntuación con Botsuana, y no nos separa mucha distancia, ni por arriba ni por abajo, de países como Bután, Estonia, los Emiratos Árabes Unidos, Chipre, Qatar, Portugal o Austria. Pero seguro, seguro, que en 2013 descendemos unos cuantos puestos en la lista, como viene siendo la tónica desde 2001. Puede que hasta Italia, ahora mucho peor percibida que nosotros, nos supere.

Lo que parecía imposible, tener un presidente como Berlusconi, empieza a ser real. Rajoy no necesita la Villa Certosa de Cerdeña. Le basta con Génova 13. Necesitamos un Monti. ¿Alguno disponible?

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