Cristóbal Cantos

Exsecretario general de Asaja-Cadiz

Fortificar el triunvirato del Marco de Jerez

En ocasiones nos empecinamos en luchas cuando lo necesario es el consenso. Así de claro y conciso quiero ser respecto a la polvareda, seguro que, de tierra albariza, que se ha levantado en torno al Marco de Jerez tras el titular de mi amigo Ángel Espejo, el periodista más especializado en el Marco: “Fedejerez propone fusionar el vino de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar” publicado en este mismo Diario, el 12 de agosto.

Con ese cerrojazo Fedejerez quería cerrar la cuita abierta por Bruselas sobre las similitudes del fino y la manzanilla y lo cierto es que, en estos tiempos inciertos, los cerrojazos son lo menos recomendable del mundo. Ya lo dijo, el primer jesuita, San Ignacio de Loyola: "En tiempo de desolación nunca hacer mudanza, más estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la determinación en que estaba en la antecedente consolación. Porque, así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen espíritu, así en la desolación el malo, con cuyos consejos no podemos tomar camino para acertar".

Más claro agua o más claro el fino, el Marco con lo que tiene encima: las consecuencias irremediables del declive económico ocasionado por la pandemia; la cizaña en el cuello del Brexit (que nos persigue como un perro de caza), no puede permitirse el lujo de perder un minuto en debates que nos apartan de lo esencial, del origen de lo que nos une.

El Misterio del Marco, del que tanto se habla, lo aclaro yo rápidamente, se asienta en tres Denominaciones con un único Origen y, por ende, en el triunvirato de fino, manzanilla y vinagre. Para los creyentes: Padre, Hijo y Espíritu Santo. No hay más. Si nos cargamos ese triunvirato, nos cargamos el Misterio del Marco porque atentamos contra sus cimientos, es como cortarle el talón de Aquiles y hacer que este gran Marco, por muy fuerte que sea su tronco, se desplome en cuestión de segundos.

No. Insisto, no. Si el Marco se ha caracterizado por algo es por la capacidad que han tenido todos sus componentes de sobreponerse a los debates, apartarlos cuando ha hecho falta y acordar absolutamente todo, los puntos y las comas. Esa palabra, acuerdo, es la que ha caracterizado a un Marco que hasta acordaba los precios de la uva (mentemos la bicha, pero no ahondemos que después viene quien viene y nos hace pagar a todos…). Pero esa es la realidad, en todos los años que he sido testigo del devenir del Marco hemos tenido que dejar mucho a un lado para llegar a ACUERDOS. Por eso, mi proposición es que no nos perdamos en debates, ni ahora ni dentro de tres meses, en diciembre, fecha para la que se dejó el jueves en Consejo retomar el debate.

No, el debate hay que cerrarlo, hay que frenar en seco y mantener el triunvirato, no podemos romper el origen porque si se destruye el origen, se destruye el Marco. Y lo digo desde la experiencia de haber asistido a la Reestructuración del Marco de Jerez de los años 90 en la que tuvimos que aparcar las opiniones de cada uno para hacer un gran acuerdo. Que costó, sí, qué sufrimos, también, pero finalmente esa Reestructuración nos permitió sobrevivir y mirar hacia delante y fue tan modélica que Europa la copió y la OCM del vino se hizo a raíz de la misma.

Termino ya. Ni ahora ni en diciembre; el Marco tiene tres Denominaciones: Jerez-Xérèx-Sherry, Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Vinagre de Jerez. Las tres tienen el mismo Origen, la uva del marco, dejémonos de infructuosos debates ya, y vayamos a construir nuestro Marco y fortificarlo ante lo que de verdad preocupa, las consecuencias económicas de la pandemia y el Brexit.Quedémonos en el origen.

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