Estoy esperando (y no va a tardar, me temo) que cualquier día de estos algunos de los patinetes o motos con motor eléctrico se lleve a cualquier peatón por delante o se salga del carril bici (por donde no deberían ir) para comerse un coche o un camión y causar una desgracia.

Imagino que la circulación de estos vehículos, en esta España de la improvisación y el no sabe, no contesta, ha creado un vacío legal en el que, por ahora, ni hay obligatoriedad de seguros a terceros, ni legislación que diga por dónde pueden y no pueden ir circulando, aunque los cacharros vayan a una velocidad más que suficiente para desgraciar a cualquier peatón, sea niño, anciano o perro faldero.

Si no teníamos suficiente con la actitud irresponsable de una gran parte de ciclistas que creen que están solos en el mundo, yendo a toda velocidad y cogiendo con la bici por donde les da la reverenda gana, ahora se suma esta turba de cacharros en manos de gente no siempre experta ni consciente del peligro que genera.

Pero ojo, no toda la culpa la tienen ellos (al menos si hablamos de ciclistas). Sería bueno recordarles a los peatones que el carril bici NO SE PUEDE OCUPAR caminando por él como si tal cosa.

En cualquier caso, lo que está asegurado, y si no, al tiempo, es que no vamos a tardar casi nada en empezar a lamentar accidentes. La impunidad y el vacío legal es más que claro. Ahora falta saber a qué están esperando las autoridades (ni idea si corresponde a los ayuntamientos o a las diputaciones, a la Junta o a quién) para empezar a dictar leyes que al menos protejan a quienes van por la calle andando, sin tener esa sensación que yo mismo tengo a veces, de que voy para mi trabajo o de paseo por mitad de la carretera.

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