La pregunta es ¿y ahora qué? Han pasado las elecciones en Madrid, que hemos vivido con una intensidad como nunca antes se había conocido, y se abren más interrogantes de los que antes nos hacíamos. La política de los próximos meses vivirá de los resultados del 4 de mayo como se presagiaba y, con ello, la vida de los ciudadanos. Porque las consecuencias ya las estamos viendo. Que se lo pregunten, precisamente, a Ciudadanos. Su lideresa, la jerezana Inés Arrimadas, ha pasado de pasearse por la Feria del Caballo como la esperanza de este país tras el desafío independentista, hace dos años tal día como el de mañana, a ser una apestada política que mucho hará si consigue mantenerse en pie. Así es el signo de la nueva política como lo fue en su momento el que a ella y a algunos líderes de Podemos los encumbró de la noche a la mañana. El low cost y corto plazo aplicado a las apps políticas. ¿Qué ocurrirá con Ciudadanos a todos los niveles? Probablemente asistamos a un modelo de fagocitación por parte de la derecha, PP, y parte de la izquierda, menos, pero siempre tendente a la desaparición.

¿Consecuencias en Jerez? Tal vez una parte del partido de Arrimadas eche guiños al PP y otra al PSOE ahora que está rascando poder. Pero parece claro que el partido que llegó a ser la fuerza más votada en la ciudad en las elecciones autonómicas de 2018 está llamado a convertirse en moneda de cambio y traspaso. Las prisas, las ansias, las veleidades y las malas decisiones a la hora de elegir compañeros de viaje, nunca son buenas consejeras.

Tampoco lo sucedido en Madrid viene bien a la izquierda. El PSOE se abre a las primarias sin tapujos, con la lucha entre Juan Espadas, el candidato del PSOE de Jerez, y Susana Díaz, que nunca quiso a Mamen Sánchez en la Alcaldía con el apoyo de Podemos y sus confluencias locales. Se la juegan todos: Espadas, Díaz y quienes les apoyan. Cualquier derrota pasará factura y al revés. Junto a este partido se lamen las heridas Podemos, los Adelante, los de Teresa Rodríguez y cuantos se incluyeron en el proyecto de la izquierda más radical, con Más País al acecho. Los veremos por Jerez, seguro, que Íñigo Errejón ya se ha dejado sentir más de una vez por aquí.

Mientras, en la derecha sonríen doblemente. La victoria de Ayuso, aunque sea en Madrid, da alas a unas siglas que estaban acostumbradas a sufrir el desgaste cada día. Uno de los motivos, el fin del caso Gürtel, que vaya si pasó por Jerez, como que se llevó por delante a una alcaldesa y candidata como María José García-Pelayo a la que arruinó su carrera política. El caso ha sido enterrado definitivamente, eso dice el Supremo, pero ya nada será igual para ella.

¿Final de partida o game over en el inglés tan de moda hoy día en Jerez? No creo. Algo ha cambiado en el tablero y han caído algunas piezas, pero aún quedan actores y juegos que disputar. De la misma forma que no podemos interpretar que todo ha cambiado en política, no podemos pensar que en el nuevo escenario del fin del estado de alarma volvemos a estar como antes de la pandemia. Seguimos jugando... y gracias.

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