PARA muchos, el verso más corto y hermoso del mundo es "¡Gol!". Fútbol como lírica, como épica, como ética, como estética; fútbol como identidad, como gran emoción, como gran evasión… fútbol, fútbol, futbol. Fútbol a patadas. El fútbol -su lógica, universo simbólico, rituales y retórica- está hasta en las vidas de quienes, como servidora, no sabemos ni cuántos tipos juegan por equipo. Así, sin tener ni idea, cualquiera puede mantener una charla en términos futbolísticos y decirle, pongo por caso, al hijo que trae malas notas, que en Matemáticas no ha pasado del medio campo, que no aprobar Filosofía es marcar goles en propia puerta y que, para el próximo año, balón a tierra o a chupar banquillo. Por mi balcón abierto entra en las tardes un fragor de chiquillos que, mientras juegan a la pelota, retransmiten su propio partido, como locutores de radio. El lenguaje periodístico del fútbol no está exento de encanto. Para no resultar cansos, los narradores usan, ya saben, tropos exuberantes que nos remiten al perro del Hades, a la armonía de las esferas o a voces del lunfardo. Los argentinos son lo más en lenguaje futbolero perfumado. ¡Ay, cuánto daño ha hecho Valdano! A los futbolistas intelectuales dan ganas de practicarles un exorcismo. Quizá no compartan esta impresión Santiago Roncagliolo, Vila-Matas o Fernando Iwasaki con su sentimiento trágico de la Liga; tampoco la hubieran compartido Galeano o Alberti. Del toreo estamos habituadas a escuchar hablar de místicas, poéticas y filosofías. Fútbol es fútbol, y ya es bastante: ahí llevas razón, Boskov.

Pues ya se ha liado: que de fútbol sabe hasta quien no sabe lo han sabido los de arriba. Ya vieron a Pedro Sánchez presentando su "dream team" ante una portería. El candidato hizo suya "la fórmula de Luis Enrique" y citó a los pensadores Pep Guardiola y Alfredo Di Stéfano. Pablo Casado, del PP, aprovechó el otro día la victoria del Real Madrid en Champions para soltar: "Esperamos que no haya que llegar a la tanda de penaltis para poder tener estabilidad política tras el 26 de junio". Y no se pierdan al director general de la Agencia Tributaria comparando al Fisco con el Atlético de Madrid, ya que "trabaja con constancia y con equipo". Quienes diseñan estos mensajes políticos nos consideran hinchas más que soberanos. Subestiman la razón común, la poca que nos quede. Se equivocan de partido si entienden, como parece, que se juegan España en una pachanga. Ganas dan de meter en la urna un gol.

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