Gracias a Dios

En Francia se celebra el primer juicio a un cardenal que ocultó durante años los abusos de un religioso

La pederastia en la Iglesia regresa al cine. En febrero está previsto que se estrene en Francia una película que relata algunos casos de curas que han abusado de niños, durante más de cuarenta años, en la iglesia gala. Como en Spotlight donde se denunciaban los abusos en Boston. Estamos ante otro gesto más que reclama gran parte de la sociedad: la modernización de la Iglesia. Si todo se actualiza no se comprende cómo un libro, la Biblia, base y fuente de la religión católica, sigue siendo el mismo dictado durante XXI siglos. Se podría suponer que Jesucristo escribió el Evangelio sabiendo cómo iba a ser el futuro del mundo), pero sus intérpretes en la tierra parece que no ceden ante las realidades más naturales. La aceptación pública de las personas Lgtbi, las divorciadas, familias variadas, los preservativos, castigos por pecados…etc. Muchísimas mujeres religiosas han estudiado carreras que las han preparado para ocupar cargos de relevancia en la Iglesia, pero siguen sin ser nombradas. Siendo la Iglesia tan generosa me cuesta entender por qué sólo a las mujeres se les sigue asignando los trabajos humanitarios y de servicio, como si los hombres fueran incapaces de curar heridas, organizar poblados y hospitales en países pobres o planchar sotanas. Hay quien opina que la pederastia en la Iglesia desaparecería si se permitiera el matrimonio en el clero. Supongo que un abusador lo es casado, o no, aunque tenga donde desahogar sus deseos sexuales. Parecería que un hombre es un ser sexualmente irracional. Los curas hacen votos de castidad, pero está demostrado que muchos no lo cumplen, ya que, en el caso que ahora se juzga en Francia, el religioso Bernard Preynat abusó durante más de cuarenta años de menores. Los niños se lo contaron al cardenal Philipe Barbarin, ascendido por Juan Pablo II y mantenido por el papa Francisco. Barbarin, sabiendo que Preynat abusaba sexualmente de los niños, no hizo nada para evitarlo. La primera denuncia de una de las víctimas, Alexandre Hezez, se archivó en 2016. Ahora se celebra, en Francia, el primer juicio que sienta a un cardenal que ocultó durante más de veinte años a un pederasta, en el banquillo civil. El poderoso cardenal dijo a la prensa: "Gracias a Dios, los hechos han prescrito". Si un cura abusa de un niño, la justicia que ha de juzgarle es la civil, no la divina. Casos así violentan la fuente de espiritualidad para millones de católicos en el mundo. "Las ideas cambian el mundo cuando cambian nuestro comportamiento".

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