Alberto Núñez / Seoane

¡Grande, Padilla... eres grande!

¡Esta vida!... ¿esta vida?, si, ¡esta puta y maravillosa vida! A fin de cuentas… ¡es lo que tenemos! Ni le echamos cuenta, hasta que… La Parca, lenta, pero concienzudamente, asoma… por la ventana. A veces, entra, a veces… ¡sólo asoma! A Juan José, esta vez, le asomó…

Me turba… ¡su valor, me turba! Su entereza, me turba, y me turba su sensatez, que, también, me conmueve y me emociona y me llena, de lágrimas los ojos, y de sentimiento el corazón, y me contrae el estómago en espasmos, mezcla, a partes iguales, de admiración, incredulidad, ¡sana!, y, sobre todo, ¡de ternura! Una ternura que me vence y me puede. La ternura que un hombre, en la más alta de sus acepciones, es capaz de sentir, vivir y transmitir… ¡Padilla!, demuestras lo grande que eres, ya no es valor, es la generosidad, ante la desgracia, de perdonar al toro que atravesó tu rostro, que sacó tu ojo de su nido, que te asomó al abismo… ¡grande, Padilla, grande!, es el agradecimiento, ¡bien nacido eres! a la bestia que casi te mata , pero que fue la que te puso donde estas… ¡grande, Padilla, eres grande!

No perdiste la cordura, ni siquiera en una de las tres únicas ocasiones en las que está permitido perderla: al nacer, porque no la tienes; cuando muere alguien a quien quieres, porque no la encuentras y allí…, entonces… mientras y cuando "Ella" te mira de frente, muy de cerca… y los arrestos -los de verdad, no de los que se presume-, no dan de sí lo suficiente como para abrocharte el botón cercano al cuello de la chaquetilla, ese, el último, al que muy pocos tienen acceso y, muchos menos, son capaces de atenazarlo entre los dedos para intentar abrocharlo…¡grande, Padilla!, ¡grande!

Me gustaría sentirte, cuando, como estoy seguro harás, regreses al mundo de los humanos. Quisiera que la apostura de un torero valiente -no redundo en nada-, que la humildad con la que te vi postrarte ante el toro, que la galanura de un hombre, frágil y poderoso a la vez, me arrime algo de lo que tan escasos andamos en estos tiempos, malos. Malos para los toros bravos, malos para los hombres que los lidian y para el arte que los adorna. Malos para los que sienten antes que gritan y para los que admiramos y nos sentimos pequeños ante la grandeza de las gentes que, como tú, arrojan su vida, cada tarde, a las cinco, a la suerte de un albero teñido de historia y nobleza, de arte y bonhomía… ¡grande, Padilla!, ¡lo niegue quien negarlo quiera…¡grande Padilla!

Casualidades de los días, andaba yo, por esos campos de Castilla, en buena compaña, con Ramón, picador joven, valiente y entusiasta, que te conocía. El aire limpio, húmedo de la tarde se corta: una llamada, un mensaje… una tragedia… ¡lo ha matao!, ¡el toro lo ha matao! Desconcierto, incredulidad,… ¡dolor!

No soy tu amigo, no te conozco, pero… te siento cerca, muy cerca, porque, el abismo al que ahora te asomas... yo lo he visto, también, de cerca, de muy cerca y, no quiero que te lleve. Tienes que dejar de mirarlo, si lo miras durante mucho tiempo, lo dijo Nietszche, él acaba por mirarte a ti y entonces… entonces… todo estará perdido. Pero no será contigo, contigo no. No hay más que sentirte: grande en tu pequeñez, entero en tu fragilidad, señor en tu humildad… ¡grande, Padilla, grande!

Los muchos que, como tú ahora haces, escriben, han escrito y deberíamos hacer lo imposible para que sigan escribiendo, la Historia, con renglones, a veces torcidos, otras impecables, pero siempre dignos y nobles; contándonos lo que significa la grandeza de quien se entrega, aún a riesgo de su propia vida, a una ilusión, son las gentes que merecen, como tú mereces, respeto -por supuesto-, admiración y el más ferviente anhelo para que no seas, no seáis, una excepción si no, a ser posible, la regla.

Esos valores que tú llevas dentro y, ahora, todos sentimos, son los que necesitamos, ¡tanto!, en estos aciagos tiempos en los que los mediocres, los mezquinos y los miserables, claman, gritan, chillan y, por desgracia, se les escucha. Tu no Padilla, ¡tú eres grande!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios