Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Guerra fría en el Ayuntamiento

Si John le Carré, fallecido hace una semana, hubiese conocido lo que está pasando en el Ayuntamiento de Jerez, no habría tenido necesidad de recurrir a los rusos para escribir una de sus famosas novelas de espías. En lugar de viajar a Moscú o al Berlín de los tiempos del Muro, donde hacía y hace mucho frío, le habría bastado con cogerse un avión hasta Jerez y sentarse al solecito en una mesa de la terraza de la Cruz Blanca, frente al Consistorio, y pegar la oreja para escuchar las historias que estos días están dejando en pañales las andanzas del agente Smiley.

El equipo de gobierno de Mamen Sánchez ha decidido denunciar en los Juzgados a dos empleados municipales a los que acusa de haber accedido sin permiso a miles de expedientes, se supone que con fines políticos pues se trata de personas próximas al portavoz (ahora sí confirmado en el cargo por un juez) del PP en el Ayuntamiento, Antonio Saldaña. Una decisión que llega después de acusaciones de supuesta presión a técnicos municipales e instructores de expedientes y en medio de una situación muy tensa entre el comité de empresa y el gobierno municipal, pues casi al mismo tiempo se ha conocido que la Fiscalía ha admitido a trámite una denuncia del sindicato CSIF por el nombramiento de altos cargos técnicos por parte del gobierno municipal.

Sostiene la denuncia del Ayuntamiento que existen informes técnicos que demuestran que esos dos trabajadores utilizaron claves de otras personas autorizadas para acceder a esos expedientes y disponer de información. Otra vez los famosos metadatos que dejan más rastro que las pisadas de un elefante en la mantequilla. Otra vez el sistema informático del Ayuntamiento y otra vez las dudas acerca de la seguridad cibernética en Jerez. Pero, sobre todo, otra vez el Ayuntamiento dividido entre técnicos y/o asesores haciéndose la guerra entre sí para ayudar o perjudicar a unas determinadas siglas. Y es terrible comprobar que ni siquiera en estos tiempos en los que todos deberían estar arrimando el hombro para sacar adelante proyectos que levanten la ciudad en medio de la pandemia, muchos se dedican a buscar y rebuscar algo que pueda dañar al contrario. El Consejo de Transparencia de Andalucía ya ha actuado de oficio en este asunto para conocer a qué datos han tenido acceso esos dos funcionarios y si los protocolos de seguridad del Ayuntamiento funcionaron.

"Tenemos la sospecha de que podemos estar siendo todos vigilados", ha denunciado el comité. Y es que Jerez ya ha vivido otras historias de espías, grabaciones secretas y de aquí son empresas como la que supuestamente trabajó colocando cámaras y micrófonos durante el asilo de Julian Assange, fundador de Wikileaks, en la embajada de Ecuador en Londres. Venganzas políticas, agentes dobles, atajos para alcanzar el poder, hackers y encuentros clandestinos. Todos los ingredientes para esa novela y muchos más. Sólo nos falta un poco más de niebla.

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