La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Historia de la radio, leyenda de la Ser

Descanse en paz Matilde Vilariño, gran actriz de rostro desconocido cuyo escenario fue el invisible teatro del aire

Caía la tarde. Se terminaban los deberes. Se encendía la lámpara de pie junto a la camilla. Baño, pijama, cena temprana y como un esperado premio, en la radio grande que presidía la salita, se oía: "La Sociedad Española de Radiodifusión, a través de su gran cadena de emisoras propias y asociadas, presenta Matilde, Perico y Periquín, un programa Cola-Cao para niños y mayores, original de Eduardo Vázquez". Seguían los quince divertidos minutos del episodio hasta que Periquín huía de su padre tras consumar alguna travesura gritando "nene pupa nooooo". Y el cierre: "Les hemos ofrecido Matilde, Perico y Periquín. Intérpretes, Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso, Matilde Vilariño, Carmen Martínez, Juana Ginzo y Agustín Ibáñez. Director, Luis Durán. Por gentileza de Nutrexpa Sociedad Anónima". Tras lo que sonaba el anuncio del Cola-Cao con la canción del negrito del África tropical que relataba las múltiples cualidades de este producto sin par que toma el futbolista para entrar goles, el ciclista para hacerse el amo de la pista y el boxeador para golpear que es un primor. El programa, nacido en 1955, tuvo tal éxito resistió a la irrupción de la televisión manteniéndose en antena hasta la muerte de Pedro Pablo Ayuso en 1971.

Ha fallecido a los 100 años la voz de Periquín, la gran Matilde Vilariño, la última del maravilloso cuadro de actores de la Cadena Ser creado por Antonio Calderón en 1942 para su Teatro del aire que tenía ecos del The Mercoury Theatre on the Air que Welles había creado en 1938. Lógico: Calderón había entrado en 1934 en la Unión Radio -matriz de la Ser- creada por el genial Urgoiti siguiendo patrones americanos. En ese espléndido cuadro de actores de la que aún en los estrechos años 40 y 50 era la radio más inteligente, moderna y creativa se desarrolló el talento de Matilde Vilariño.

Debió su popularidad a ser la voz radiofónica y televisiva de niños y otras minúsculas criaturas (desde Periquín a Vicky el vikingo y la abeja Maya). Pero también fue una gran actriz dramática radiofónica que interpretó obras de Moliere, Calderón, Shakespeare o Lope, y una igualmente grande actriz de doblaje que, además de ser la voz de Pablito Calvo en las obras maestras de Vajda Marcelino pan y vino y Mi tío Jacinto, lo fue de Debbie Reynolds o Jean Simmons. Descanse en paz esta gran actriz de rostro desconocido cuyo escenario fue el invisible teatro del aire.

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