Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Las Ibéricas

Kichi, el alcalde de Cádiz, se ha lanzado a por el Pichichi con su propuesta de un Carranza femenino

Llegué a Cádiz el jueves a primera hora y no se hablaba de otra cosa. Dos días antes de ser reelegido como alcalde de Cádiz, Kichi se lanzaba directo a por el Pichichi. El munícipe José María González decidía que la próxima edición del trofeo Carranza la disputarían equipos de fútbol femenino. Está claro que es un deporte en auge que llenó San Mamés y el Wanda Metropolitano. En la quiniela de esta semana hay siete partidos del Mundial de fútbol femenino, incluido el pleno al quince. Catorce selecciones de los cinco continentes. A mí con el fútbol femenino me pasa como con el voleibol, el waterpolo o el balonmano masculinos, que sólo los sigo en los Juegos Olímpicos. Me gusta como deporte bisiesto.

Ante el entusiasmo despertado desde las filas de la Igualdad, barrunto un tufillo a postureo. Del mismo modo que el franquismo utilizó el fútbol como pantalla alienante para enmascarar otras cosas, llámese las cinco copas de Europa del Madrid o el gol de Marcelino a la URSS, el paleoprogresismo actual ha encontrado en el fútbol femenino un balón de oxígeno para mitigar sus fueras de juego en la política doméstica.

Ese jueves participé en la Casa Pemán en un coloquio sobre fútbol con Iñako Díaz-Guerra, Dani Garrido, Tomás Guasch y Juan Tallón moderado por Fernando Pérez. Salió el tema y dije que me gustaría saber qué opinaban las mujeres a las que les gusta el fútbol. Antes de conocer la propuesta de Kichi, yo llevé a la charla una alineación con una defensa formada íntegramente por cuatro escritoras. Los tíos de María Dueñas y Matilde Asensi ficharon por el Barça la misma temporada. Almudena Grandes, mujer del madridista Luis García Montero, es del Atleti, y Soledad Puértolas viajó en un tren en el que todo el mundo hablaba del gol de Zidane que le dio al Madrid en 2002 la novena Copa de Europa en Glasgow.

El Carranza es el decano de los torneos de verano. El único escenario donde se han enfrentado en un partido Pelé y Cruyff, que es como decir Leonardo y Miguel Ángel. En el estadio Carranza un salvadoreño instaló el realismo mágico en el fútbol y allí nació la quinta del Buitre, que es la nouvelle vague del fútbol español. El alcalde de Cádiz, que con su renovación ha pasado de Kichi a Teófilo, recupera el espíritu de Las Ibéricas, ese equipo de fútbol de mujeres de la película de Pedro Masó.

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