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LA recuperación del patrimonio de la ciudad va por buen camino. Sí, no es una ironía, es la pura realidad. Va por el mejor camino, la vía más directa hacia su desaparición. Menos mal que ciertas iniciativas privadas son las que están evitando que las piedras con más historia terminen en el suelo. Es el caso de la reciente apertura del Palacio del Virrey Laserna, más conocido como el de Ponce de León, cuyos propietarios han apostado por no vender su casa y abrirla al público para poder así mantenerla. Un espacio que está lleno de historias desde el tiempo del Repartimiento de Alfonso X, como lo están muchos rincones de la ciudad, de la zona de San Mateo, especialmente. Pero señores, la Historia, con mayúsculas, ha dejado de interesar, eso sí, en ella han visto un filón las promotoras e inmobiliarias que, agazapadas, estás esperando tiempos mejores. Y llegarán, les aseguro que llegarán, pero quizás entonces ya sea tarde para recuperar lo irrecuperable.
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