BREVIARIO

Alejandro V. Garcia

Inmigrantes en colegios concertados

ME parece magnífico que los colegios privados, pero con concierto económico con la Consejería de Educación, hayan de reservar tres plazas para alumnos con necesidades especiales, entre ellos niños inmigrantes. Si tales centros reciben subvenciones públicas es lógico que se hagan cargo de la parte alícuota que les corresponde de servicios a la comunidad. Y la escolarización de chavales extranjeros o con carencias específicas es un servicio de primer orden. La avalancha de ataques contra la escuela pública siempre pone el énfasis en el mismo aspecto: la falta de calidad o, mejor dicho, de clase. Los públicos, en efecto, nunca lograrán las cotas de clase que ostentan los privados, unas diferencias que sirven para camuflar un elemento sustancial: el ideario. El ideario de la escuela pública es un programa civil que tiene el decisivo compromiso de garantizar la escolarización universal por encina de etnias, carencias personales y, por supuesto, clases. La calidad en los colegios públicos, siendo una obligación inherente a la educación universal, no es el valor sustancial o, dicho otro modo, no se puede anteponer a su obligación social. Los centros concertados deben aceptar la tarea asistencial que les corresponden en función de las ayudas que perciben. Esa solidaridad también tiene en los idearios católicos un nombre, misericordia.

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