Inseguridad sanitaria

PP, Cs y PSOE no comprenden que mientras ellos se dedican al juego sucio la ciudadanía les observa. Y se angustia

El cambio trae decepciones. El arranque del nuevo Gobierno andaluz está siendo deslucido. Era complejo el aterrizaje en una administración que ha sido dominio exclusivo de los socialistas más de tres décadas. Pero la sobreactuación del neófito Ejecutivo lo ha hecho más penoso, por sus permanentes ataques a los adversarios desalojados. Completa el oscuro panorama político andaluz la obsesión monotemática de la destronada ex presidenta con la extrema derecha. En ese bucle andan perdidos PP, Cs y PSOE. Es lo que Chamizo calificó en su día como peleítas: el problema es que tanta politiquería genera inseguridad.

Se lleva la palma la sanidad. Un perplejo lector me cuenta el caso de un familiar al que el especialista prescribió unos análisis y un TAC. "Cuando intentó solicitar una segunda cita, se nos dijo que no estaba abierta la agenda. Al parecer no se abre hasta que el jefe de sección de la especialidad lo decide; entretanto, no hay lista de espera. Presentamos una reclamación en el servicio de atención al ciudadano. En mi familia hemos sido usuarios de la sanidad pública y tenemos una buena opinión. Pero esto nos ha dejado alarmados. Al mismo tiempo recibimos noticias contradictorias de los anteriores y los actuales responsables del Servicio Andaluz de Salud, y la preocupación aumenta: hay dudas sobre la veracidad y objetividad del número de personas que esperan a un especialista o una operación".

"Tampoco se recupera la confianza con la imagen campechana del consejero y frases como que las cuentas de la sanidad "están más secas que la mojama" o que los enfermos de catarata "se pegan trompazos contra la pared". Si se eliminan las subastas de medicamentos, se encarecerá este abultado capítulo. Falta personal sanitario y se reconoce, pero contratarlo aumentará el presupuesto. Sin embargo, se anuncian rebajas de impuestos. ¿Esto cómo se pagará? ¿Se pretenden abultar los errores de la anterior administración o justificar el auxilio inmediato y amplio de la sanidad privada? Todo esto es inquietante".

De momento, el cambio se resume en diez semanas de peleas. Cada martes, la referencia del Consejo de Gobierno se convierte en un ajuste de cuentas con el pasado. Y cada quince días, las sesiones de control en el Parlamento son un alboroto maleducado entre los portavoces de los tres primeros partidos. Sus señorías no parecen darse cuenta de que mientras ellos se dedican al juego sucio, la ciudadanía les observa. Y se angustia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios