Lo de Irene

Debe ser que estoy viendo en estos días unos documentales sosbre Corea del Norte que es que me quedo sin aire

Suelo preguntarle las cosas difíciles a Fernando Santiago, que tiene el algoritmo siempre en marcha. Le pregunté cuando vi las listas, las dos listas del PSOE, a las elecciones del domingo pasado, porque no entendía nada. Estoy deseando verlo para que me interprete minuto y resultado de lo del domingo. Tampoco lo acabo de entender del todo. Lo ocurrido. Especialmente por lo primero que le he oído al ganador, que ahora hay que ir a muerte por Espadas y Pedro Sánchez. Creía que eran los otros, la lista perdedora, los que estaban "a muerte" por Pedro Sánchez y su candidato a la Junta de Andalucía, el alcalde de Sevilla Juan Espadas. Especialmente por José María Román y otros, que pusieron la cara muy al principio, cuando se la partían a uno por mucho menos. El susanismo más conspicuo, junto a personajes difíciles como Fran González, están en la lista ganadora. Y el llamado pizarrismo, que no sé muy bien qué es, salvo que hay Pizarros en la lista, y otros deudores. Todo es una confusión pero es una cosa de ellos, digo de intramuros del socialismo gaditano. A la gente, como que pasa (dicho en madrileñí) pero, bien mirado, es estupendo el que haya dos listas, o más de dos. Debe ser que estoy viendo en estos días unos documentales sobre Corea del Norte que es que me quedo sin aire, tanta gente reverencial ante la dictadura comunista hereditaria, esa deificación de los dictadores fallecidos, la cantidad de bronce en las estatuas, la multiplicación al infinito de las imágenes de los Kin, abuelo y padre del actual sátrapa comunista. Cuantas más listas, pues, más democracia en el interior de un partido, aunque lo miras bien y hay nombres que te bailan, nombres inexplicables en lugares insólitos. ¿Entonces lo de Irene è finito? Debe estar haciendo sus cálculos y confirmando quiénes estaban con ella y quiénes contra ella, estas cosas. Lo que con seguridad no está mirando es la causa de las causas, digo algún asesor áulico que ha venido teniendo, algunos nombramientos, algunos desaires y otras cicaterías de la política. Achique de espacios, puede que me diga el rojiblanco del algoritmo del que hablaba al principio. Primero la secretaría general y luego la presidencia de la Diputación provincial, un lugar para repartir dinero a los pueblos, para contratar asesores y para muchas más cosas. Ahora a muerte con Pedro Sánchez, a la reconquista de la Junta de Andalucía. Es formidable, era Irene, sólo Irene, la disputa de las disputas. Su secretaría general como paso previo a la jubilación anticipada de una carrera que en verdad ha sido larga, desde su Sanlúcar hasta el domingo.

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