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Entre paréntesis
La Institución Ferial de Cádiz (Ifeca), dependiente de la Diputación, ha anunciado esta semana que va a iniciar una serie de reformas en sus instalaciones de Jerez para ir adaptándolas progresivamente a la celebración de conciertos y de congresos. Sí, congresos. Llama la atención este último detalle porque la de los congresos ha sido desde hace décadas una de las asignaturas pendientes de esta ciudad. En los años noventa hubo una especie de pacto tácito para el reparto entre Jerez y Cádiz de la sabrosa tarta de las exposiciones y los congresos, de forma que las primeras se quedaban aquí y los segundos se celebrarían en la capital, concretamente en el palacio construido en la antigua Tabacalera de la plaza de Sevilla.
Al entonces alcalde Pedro Pacheco no le gustó mucho este reparto al entender que Jerez tenía suficiente potencial como para atender también los numerosos congresos de todo tipo que se celebran en el Sur de España y que dejan pingües beneficios en el sector hotelero y hostelero. Por eso se puso manos a la obra y decidió que el Ayuntamiento se quedase con la planta baja del Hotel Guadalete en una operación que fue muy polémica en su momento y criticada por la oposición al entender que aquello fue un balón de oxígeno a la empresa propietaria del establecimiento. Allí se ubicó lo que durante muchos años fue el Centro Municipal de Congresos y se celebraron bastantes aunque nunca a la altura de los que llegaban hasta Cádiz. Fue un quiero y no puedo en parte motivado por el enfrentamiento que los andalucistas tenían con los socialistas entonces.
Después vendría el proyecto del edificio junto al Hospital que es un monumento a la época de la burbuja inmobiliaria y que parece que por fin va a ser demolido.
En lo que no estaba equivocado Pacheco era en que el Palacio de Exposiciones de Ifeca en Jerez nunca estuvo bien definido ni construido. El tiempo ha acabado dándole la razón. Fallos estructurales en diferentes dependencias, desde el auditorio a las zonas de exposición, con problemas de humedad, filtraciones, iluminación y mala acústica, por no hablar de la estética, bastante mejorable hasta el punto de que en tiempos de Rafael Román como presidente de la Diputación se valoró la posibilidad de que el pintor Guillermo Pérez Villalta lo decorara con unos frescos alusivos al vino y la ciudad.
Todo es mejorable y en este caso estamos ante una nueva oportunidad para que unas instalaciones como las de Ifeca en Jerez, donde se ha invertido mucho dinero público, se aprovechen mejor. Se han perdido muchos años y han pasado muchos congresos de largo por una ciudad que reúne numerosos atractivos para acoger a sus participantes. Lo que nunca pueden primar para celebrar congresos aquí o allá son criterios políticos, como parece sucedió en el pasado. Y todo lo que sea reforzar la oferta turística de la ciudad y de la provincia acabará redundando en el bien de todos. Jerez, ciudad de exposiciones... conciertos y congresos.
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