Tribuna libre

José María Prieto Guinea / Hermano Mayor De La Defensión

D. Juan del Río. Arzobispo Castrense

Fue el 15 de febrero de 2007 cuando el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Pérez González, Arzobispo Castrense, visitó nuestra ciudad para impartir una conferencia sobre el "Papel de la Iglesia en el estamento militar", acto este que se enmarcaba dentro del programa conmemorativo del cincuenta aniversario fundacional de la Hermandad de la Defensión. La viabilidad para la celebración de esta conferencia venía avalada por la estrecha amistad existente entre el Arzobispo y el Obispo de Asidonia-Jerez, que desde el primer momento y dado el cariz castrense de esta Hermandad apoyó esta iniciativa.

Aparte de la conferencia antes mencionada, estaba confirmada la asistencia del Arzobispo Castrense el 25 de octubre, segundo día del Triduo de Acción de Gracias, pero quiso la Divina Providencia que el 31 de julio de 2007 se hiciera público su nombramiento como Arzobispo de Pamplona y Tudela y que tomase posesión del cargo el 30 de septiembre, con lo que fue imposible su asistencia a la Misa Pontifical prevista. En su lugar tuvimos el honor de poder contar con la presencia del Ilmo. Sr. D. Angel Cordero Cordero, Vicario General Castrense, persona de trato exquisito y amabilidad desbordante.

Quién nos iba decir allá por el mes de julio que el sustituto de D. Francisco sería el Obispo de Jerez, D. Juan del Río. Esta hermandad que me honro en presidir experimenta actualmente sentimientos encontrados. De un lado la alegría enorme del reconocimiento a las condiciones y personalidad de D. Juan, junto con la continuidad de su ministerio en un arzobispado con el que esta cofradía mantiene relaciones, y de otra parte, la imposibilidad de seguir contando en nuestra Diócesis con un Obispo que en ocho años ha dado muestras inequívocas de su capacitación tanto en lo pastoral como en lo que a la gestión diaria de la Diócesis se refiere.

Desde el momento de su ordenación episcopal, el 23 de septiembre de 2000, la rumorología destacaba que sería un Obispo llamado a responsabilidades más altas. Estaban en lo cierto. Prácticamente todos sabíamos que más temprano que tarde D. Juan dejaría esta sede eclesiástica. Además y en contra de lo que algunos pensaban lo hará como él propiamente ha dicho "ligero de equipaje". Su denodada gestión y sus logros, tanto pastorales como de otra índole, quedarán para el uso y disfrute durante muchos años de la Diócesis. En este sentido quisiera hacer especial hincapié en la recuperación magistral que D. Juan ha llevado a cabo en el Monasterio de la Cartuja, cenobio íntimamente ligado al Santísimo Cristo de la Defensión y por consiguiente a esta Hermandad. Gracias a las gestiones del Obispo de Jerez, una comunidad joven, la familia monástica de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno perpetúa en el tiempo la valiosísima tradición heredada de los monjes cartujos, haciendo del Monasterio no sólo un monumento de primer orden sino además, un lugar santo y de oración.

Finalmente quisiera agradecer a D. Juan su labor y trabajo en pro de las hermandades, de las que él siempre ha sido conocedor de su enorme potencial y por ende felicitarle públicamente por el denodado esfuerzo realizado por la Diócesis desde su llegada, cuyos resultados están ahí y constituyen el principal aval de su gestión. La Casa Real y la gran familia castrense deben estar dichosas por tener de Arzobispo a un gran católico y a una gran persona, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan del Río Martín.

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