Corrían los años noventa del pasado siglo, entonces no había internet, ni móviles táctiles, ni WhatsApp , ni redes sociales, ni nada por el estilo. Por aquellas fechas un antiguo jugador del Xerez CD, con poco más de treinta, fue diagnosticado de una grave enfermedad. Primero fueron sus ex compañeros y entrenadores del Xerez y sus otros equipos, Écija y Balona. Luego la noticia llegó a nosotros, los que trabajábamos en los medios de comunicación en la parcela deportiva y de ahí, vía periódicos, radio y televisión local, al resto de la ciudadanía, impactando principalmente en los aficionados.

Luego nos reunimos unos cuantos y se fraguó un homenaje para apoyarle tanto emocional como económicamente a él y a su familia. Recuerdo que Jerez ciudad, el mundo del fútbol y el xerecismo se volcó con aquel homenaje a Dieguito Saborido, como le conocíamos entonces. El deporte en general y el fútbol en particular demostró ser solidario, generoso. Diego peleó ese partido y, de igual forma que en los terrenos de juego, sacó su espíritu de lucha y sacrificio para terminar ganando aquel partido.

Ahora es el turno de Fabio Padillo, ex guardameta del Xerez CD entre otros muchos equipos amateur. Los tiempos han cambiado, solo bastó una llamada de ayuda propia en redes sociales y primero el Xerez CD, después todo el mundo del fútbol, la gente en general, se han volcado con grito de ayuda.

Un tumor cerebral, con el que viene luchando desde hace un tiempo, requiere ser operado, pero la operación se ha retrasado por falta de sangre. La respuesta de deportistas anónimos y conocidos, de antiguos compañeros y rivales, de la ciudadanía en general no se ha hecho esperar y hemos podido ver las colas para donar sangre que se han producido en el Centro de Transfusión de Jerez.

Hartos estamos de tanto ultra citándose para pelearse entre ellos. Cansados de tanto chiringuito de falsos profetas de tal o cual equipo. Hasta la coronilla de tanto anti, lleno de odio, que disfruta del mal ajeno por encima del bien propio, aunque se escuden en la falsa creencia de que eso es el fútbol. Asqueado de tantas miserias.

Tiene que ocurrir un caso extremo para que nos demos cuenta que la esencia del deporte y del fútbol debe cimentarse en el esfuerzo, en la cooperación, en el trabajo en equipo y también en ganar. Pero sobre todo debería servir para hacernos mejores personas. El difícil partido de vida que le toca jugar a Fabio ha vuelto a demostrar todo lo bueno que el fútbol es capaz de generar. Ahora solo toca esperar que igual que Saborido, Fabio pueda ganar este partido. Todos somos Fabio. Mucho ánimo.