Cuarto de Muestras

Levántate y anda

Los tres tienen por delante el milagro de la resurrección

Parece que en España últimamente gustamos de enterrar a los vivos y desenterrar a los muertos. Vivos que no se dejan enterrar son Pedro Sánchez y Puigdemont y a Casado ya están administrándole todo el veneno posible del descrédito para que caiga en el sueño profundo sin oponer resistencia. La exhumación de los restos de Franco son pan comido al lado de estos tres políticos que se crecen en la adversidad. Cuando alguien los mata, ellos aparecen cantando aquello del "Y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no y no estaba muerto no, no estaba tomando cañas, lerelele".

Los tres tienen por delante el milagro de la resurrección. Digo los tres porque, aunque Pedro Sánchez haya ganado las elecciones, es un tipo que en cuanto le vienen bien las cosas se pone moribundo al borde de la incapacidad, pero cuando le van mal comienzan los espasmos y resucita para asombro de creyentes e incrédulos.

Puigdemont es más gamberro y no se deja enterrar fácilmente. Le gusta jugar con su destino y con el Tribunal Supremo que está ya de él hasta la punta del pelo. Puigdemont pasa del terruño al cobijo internacional, de la reclamación de derechos a su burla constante, de su aspiración a mártir de la causa separatista a prófugo esnob, fiel a su peluquero, que nos habla por videoconferencia. Es como un Dioni elegante, pero sin bizquera. Me quedo con Peret antes de su etapa de evangelista de Filadelfia (los catalanes son muy internacionales). Ese sí que era más catalán que su rumba.

Lo de Casado es distinto porque tiene cara de niño como James Dean, icono cultural de la desilusión adolescente. Su derrota ha sido como un grave accidente automovilístico. Nadie lo esperaba. Yo veía que en la derecha la juventud votaba a Ciudadanos y los mayores y carcas estaban entregados a Vox, pero pensaba que la gente normal y de derecha votaría a Casado. Pues no, o no tanto. Y unos culpan a Rajoy que está más callado que en misa, otros a Aznar que siempre hace todo el daño que puede, otros al coqueteo con todos. El Partido Popular parece el pariente pobre y esquinado que acaba en un asilo después de dar mil vueltas entre los sobrinos que sólo le quieren de boquilla. Casado debería ofrecerle a Sánchez su abstención a cambio de que no pacte con indeseables ni suba los impuestos. Dejaría sin argumentos a Sánchez, mataría a Iglesias y a los separatistas y anularía a Rivera. Casado resucita, levántate y anda. Que hay faena.

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