Durante la madrugada, el centro de la ciudad estuvo abarrotado de gente, empezando por los bares. Esto, como es lógico, acaba generando mucha basura. El responsable de un local de plaza Plateros decidió barrer la calle con la escoba para que pasase la hermandad del Santo Crucifijo, en la que muchos devotos procesionan descalzos. En concreto, se retiraron muchos cristales rotos y los nazarenos pudieron realizar su estación de penitencia sin percances. Todo un ejemplo de buenas maneras.
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