DICEN que siempre cuentas la misma historia -cantaba Radio Futura-; cuánto gustamos en las Españas tener un tonto alrededor del que poder reírnos y darles collejas. Da igual que lleve el cráneo rapado al cero o que tenga melena y cejas pobladas, el caso es darle leña al tonto.

Pero para el pobre Simón Soria, Fernando de nombre, actual director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, los palos y las collejas en su gran mayoría van a desaparecer como por arte de magia.

España ha encontrado la vacuna contra los insultos y vejaciones hacia Fernando Simón. ¡Eureka! ¡El fútbol es el fútbol!

¿Fue penalti de Bartra a De Jong? Lo cierto es que con la derrota ante el Sevilla, el Betis pierde un partido después de tres meses consecutivos. Solo estas dos cuestiones, el penalti y la mofa hacia la racha verdiblanca, rellenaron no se cuantos minutos y páginas en los medios de comunicación. Los bares volvieron a llenarse de chascarrillos, que en esta ocasión tenían a los Heliópolis como diana. Del tonto Simón, ni mu.

Messi y el Barça vuelven a lo grande. Braithwaite adelanta a Griezmann en la lucha por un puesto junto a Luis Suárez. ¿Qué hará Setién? ¿Le interesa al Barcelona jugar antes que el Real Madrid para meterle presión? Según creía Cruyff, eso era una pequeña ventaja sicológica. Por cierto, ¿necesita Messi pasar por la peluquería? Del tonto, nada de nada.

Por cierto, ¿A quién benefician la normas que se han introducido para terminar la liga? Por ejemplo lo de los cinco cambios. Un jugador de banquillo se sienta a más de dos metros de su compañero y usa mascarilla, salta al terreno de juego y se abrazan todos juntos o en un saque de esquina se empareja con un rival, se agarran, se pican, se empujan y cuando termina el partido como mucho se saludan con el codito. ¿Cuestión de imagen, distanciamiento social o gilipollez a la española?

España recupera su normalidad, es nueva pero es normalidad. El fútbol con o sin público es la prueba irrefutable del regreso a la normalidad. A Simón le lloverán cada vez menos palos, porque ahora el tonto será el arbitro, el entrenador, el que hace un penalti innecesario o el portero que se comió el gol. No nos preocupemos que tontos a los españoles no nos faltarán para poder darle todo tipo de palos e insultos.

Por cierto, el último en atizar a Fernando Simón ha sido Luis Figo, ya saben: un hombre de criterio inquebrantable. Luis Figo es capaz de besar, aunque le suponga un gran dolor, el escudo del Barça y del Madrid, todo sea por no traicionar su amor por el dinero. En fin, ya lo cantó mi tocayo: eres tonto Simón y no tienes elección.