Cuando conocí a don Juan José, poco después de su contradictoria llegada a Sevilla, pronostiqué que acabaría siendo querido y admirado por los sevillanos. Como hijo de padres zamoranos que soy, entendí perfectamente su mentalidad y, como sevillano de nacimiento y vocación, estaba convencido de que ambas partes acabarían entendiéndose y admirándose. No había que ser un lince. Las caricaturas hacen de nosotros unos personajes graciosos, ocurrentes, superficiales, amigos de la fiesta y poco adictos al trabajo. Nada más lejos de la realidad.

El sevillano no es ni más chistoso ni más vago que el resto de los seres humanos, incluidos los catalanes. Su carácter le hace diferenciarse y amar la vida en sí misma, así como a las tradiciones que su ancestral cultura encierra. Una tradición en Sevilla es todo aquello que se repite con cierta asiduidad, aunque a veces sea cosa de un par de años, sobre todo si se trata de la gran fiesta de Sevilla, que hace tiempo que dejó de ser el Corpus para dar paso a la Semana Santa.

Los sevillanos todo lo semanasantizan. Procesiones de gloria, hermandades sacramentales, vía crucis, traslados de imágenes, todo ha sido engullido por la estética de la Semana Santa. Valorar el arte en Sevilla es admirar una exposición cofrade, escribir en Sevilla es hacerlo de cofradías, declamar en Sevilla es dar un pregón. Turina, Castillo, Guerrero, Morales, son auténticos desconocidos en comparación con autores de marchas para agrupaciones musicales.

Don Juan José fue recibido como el sevillano fino y frío suele hacerlo. Pone un muro delante y observa la respuesta. Eso del sevillano abierto es un tópico. Por eso aquí no hace falta carnaval. Con su fortaleza castellana aguantó lo indecible sin apartarse de su camino y sus objetivos, lo mismo que le pasó a Santa Teresa cuando quiso fundar en Sevilla. Pero la mayoría de los sevillanos ha acabado entendiéndole y agradeciéndole lo mucho que ha hecho por nuestra diócesis, intentando dotarla de un talante menos folclórico y más acorde con el espíritu evangélico. Canal Sur, en una gala que podría servir de modelo a otras, le ha concedido el prestigioso premio El Llamador, galardón ajeno a intereses políticos, otorgado por excelentes profesionales de la RTVA. En esta ocasión sí ha sido la nuestra y don Juan José es ya un sevillano más nacido en Castilla, como nuestro patrón San Fernando.

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