Si no fuera por el acuerdo de última hora alcanzado por el PSOE y Ganemos para la investidura de Mamen Sánchez, poca sorpresa habría deparado el pleno de ayer, bastante previsible, en el que el único misterio era, a priori, conocer los zapatos elegidos en esta ocasión por la alcaldesa. Socialistas y miembros de la agrupación de electores que lidera Kika González mantuvieron el secreto de su pacto hasta el último momento, en una jugada que dejó sin margen de maniobra a Adelante Jerez (IU y Podemos), que ya había adelantado su intención de no sumarse a un gobierno del PSOE. De hecho, al contrario que hace cuatro años, este partido no apoyó en la investidura a Mamen Sánchez con sus votos. El discurso de Raúl Ruiz-Berdejo fue casi más duro que el del popular Antonio Saldaña y llegó a decir a los socialistas que "aquí ya no se fía más". Una advertencia que veremos si se materializa en un cambio de estrategia de la coalición de izquierdas, que ha visto cómo el apoyo que dio en el anterior mandato al gobierno de Sánchez no se ha traducido en votos.

El acuerdo con la hija del veterano sindicalista y concejal de IU Sebastián González permite a Ganemos, entre otras cosas, sentarse en todos los consejos de las empresas municipales. Con ello, Mamen Sánchez evita que esta agrupación de electores se convierta en una fuerza marginal en la Corporación municipal y lanza un mensaje a Adelante Jerez cuyas consecuencias son imprevisibles salvo que haya una marcha atrás de esta formación y llegue a un acuerdo similar. Porque PSOE y Ganemos suman 11 de 27 ediles en el pleno: PP, Ciudadanos y Adelante Jerez, 16 ediles. Aunque ideológicamente en las antípodas de los dos primeros, Ruiz-Berdejo y sus dos compañeros de grupo tienen ahora al menos matemáticamente la capacidad de inclinar balanzas de uno u otro lado en cuestiones puntuales. Veremos hasta dónde les llega el enfado.

Hasta ahí, lo dicho, todo previsible en el pleno de este sábado. El PP y Saldaña todavía lamiéndose las heridas del 26-M con un discurso, eso sí, menos duro que en 2015 en el que criticó al PSOE pero ya no habló de "pacto de perdedores". Y Ciudadanos, en su línea, como en campaña, ni fú ni fá, con su portavoz y senador Carlos Pérez muy feliz por ser "la fuerza que más ha crecido" pero que con cuatro concejales tiene, a efectos prácticos, la misma importancia en el nuevo Ayuntamiento que la que tuvo con dos.

Con todo, el de ayer fue un pleno de 'fair play', tranquilo y sereno, simpático por momentos con algunas anécdotas, sin tensiones y en el que se notaba en los rostros de los concejales -sobre todo los que repetían- las ganas de volver a la normalidad tras más de seis intensos meses de campañas electorales. Ahora queda esperar a la composición del nuevo gobierno de Mamen Sánchez, donde se prevén cambios, probablemente dotando de más galones a José Antonio Díaz, colocando a Laura Ávarez en el espacio que deja Santiago Galván (desde ayer alcalde de Zahara de la Sierra) y enviando a Paco Camas a un alto cargo en la Diputación. Pero eso ya es otra historia.

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