INCLUSO entre los votantes del PP "leídos y escribidos", se asegura que el presidente Rajoy está más que tocado: "finito", que dirían los clásicos. Yo no lo creo; es más, apuesto porque hoy hará una magnífica faena de aliño que aunque provocará división de opiniones, será suficiente para saludar en los medios y quién sabe si hasta para dar alguna vuelta al ruedo. No habrá más pañuelos que los esperables, pero todos los espectadores cumplirán con el gesto de significarse en el sentido en que el programa lo prevé.

El lenguaje taurino es muy elocuente. En la Fiesta, no obstante, el sujeto pasivo es mas dueño de sí, no está atado por una disciplina de la que depende su propio futuro, y hace lo que le parece bien sin que nadie; si su comportamiento es correcto, como mandan los cánones de la convivencia organizada; pueda pedirle cuentas ni él tenga que mirar al pivote para ver si ha de sacar el pañuelo o abstenerse.

Conozco a unas cuantas personas que han tenido la oportunidad de ser próximos, incluso de trabajar cerca o al lado del ciudadano Mariano Rajoy Brey que a poco de acabar la carrera de Derecho se convirtió, a los veintitrés años, en uno de los registradores de la propiedad que han alcanzado tan prestigiosa y alta dignidad, a una edad más temprana, en la historia de este bello país llamado España. Conozco a compañeros de estudios y ejercicio, y a gente que ha podido ver de cerca su ser y estar. Hay unanimidad: es un trabajador de padre y muy señor mío, tan honrado, riguroso y austero que resulta, como dice Francisco Marhuenda García, casi cutre.

Yo también deseo; como socialistas y comunistas, nacionalistas y reformistas, demócrata-progresistas, democristianos, liberales y conservadores; que el presidente se explique. Que nos cuente cómo es posible que un partido político ponga en manos de sujetos de la catadura moral que se observa, la administración de sus caudales.

Que nos explique todo eso y también por qué cuando las evidencias dejan ver el rostro de la extorsión y el engaño, se mantiene a los chantajistas abrigados para que no les dé el relente. Mañana será otro día si lo hace y sigue gobernando desfaciendo entuertos y poniendo el cascabel al gato de la incompetencia y al de la ignorancia que nos trajeron al coso los del no llego ni puedo. Sera probable entonces, que los españoles recuperemos el aliento y abriguemos en vez de a tanto indecente, a la esperanza.