la resaca del xerez

Manifestación de un equipo sin rumbo

Pero me equivoqué, nos equivocamos. No ha existido ningún impulso motivador; los que salieron la tarde del sábado demostraron los mismos males; lo cual indica que lo que se cuece en la caseta no tiene buen color ni olor ni sabor; es un complejo de incertidumbres que hacen que este equipo dé infinito miedo. La Segunda B está cada vez más cerca y existe un peligro clamoroso.

Cuando Juan Merino se empeñaba en lo que se empeñaba y con quien se empeñaba, nos hacíamos cruces de lo equivocado que estaba; se le achacaba el dejar desierto el juego por las bandas, la pobreza en la conjunción de líneas, los despistes y un sin fin de cosas que creíamos provenientes del poco juicio futbolístico del técnico. Pero Merino se ha ido y ha quedado una plantilla. Se han hecho cambios notables y hasta lógicos. Pero ¿Qué ha cambiado de verdad?

Continúa la misma realidad: manifestación de un equipo sin rumbo. Me temo, después de visto lo visto, que el mal está en la paupérrima conciencia futbolística y psicológica que tiene esta plantilla. Un mínimo revés y ya se hunde en la más absoluta miseria futbolística. Algo que no es nuevo, lo vimos con Javi López, se siguió viendo con Juan Merino y ha ocurrido con el nuevo entrenador.

A lo mejor el problema no es de técnicos, es de interés, de estar dispuestos, de poner pie en pared y echar la 'pata palante'; no de inhibiciones, de cortedad de miras y de espíritus pusilánimes. Eso lo tienen que hacer los que se visten de corto; y llevamos mucho sin verlo.

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