Tribuna cofrade

Manuel Serrano Jiménez

Ex Hermano Mayor Hdad. De Cristo Rey

María la Estrella que nos guía

Es la Semana Santa una muestra real de la religiosidad, de la devoción, de la fe popular. En esta época es donde mejor se manifiesta a través de las procesiones de nuestra Semana Santa, nuestro sentido del amor a Dios y a su Santísima Madre desde el sentimiento del pueblo llano y sencillo.

La devoción popular o también dicha religiosidad popular está presente en el culto litúrgico y en los sacramentales de la Iglesia donde se fusionan fe cristiana, valores humanos, cultura e historia de los pueblos, además del sentido espiritual personal de cada creyente.

Se puede decir que la Religiosidad popular es una expresión religiosa de la conciencia y el alma de la sabiduría popular vivida como coherencia del sentido de pertenencia a la Iglesia y por ello nuestro sentimiento de cristiano cofrade en primer lugar y luego como muestra de ello de nuestro amor a Cristo y a María.

Una de las tantas muestras de nuestro Amor a Cristo y a su Santísima Madre que veremos en estos días, es la de vestir el sagrado habito nazareno de nuestras Hermandades, que no es más que culminar la Santa Cuaresma como seguimiento de Ellos.

El amor a Dios es el que nos debe de guiar nuestro sentido de participar y celebrar en nuestras Hermandades a través de las procesiones de nuestra Semana Santa la conmemoración de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo Jesucristo, pero también hacerlo con los dolores de la Virgen María, Madre de Dios y por ello, Madre nuestra.

Es en esta parte, del amor a la Madre de Dios, a la Santísima Virgen, del porque nuestro amor hacia Ella lo mostramos y lo enseñamos de muchas maneras y en ello tiene mucho que ver nuestra manera de ser y nuestra identidad andaluza. Una de ellas es cuando la vemos en su Paso de Palio, que no es otra cosa que el trono en la que vemos y ponemos a María, porque es la Madre de Jesucristo.

Así en esa maravilla del arte y buen gusto, que son los Pasos de Palio, en honor y a disposición a esas benditas Imágenes de la Santísima Virgen, la veremos por nuestras calles jerezanas bajo sus distintas advocaciones, y la tenemos que venerar, no adorar, y amar para llegar a su Hijo Jesucristo y sentir en nuestras propias emociones lo que ella sintió con sus dolores al ver a su Hijo, triunfante, aclamado, traicionado, apresado, maldecido, flagelado, coronado de espinas, maltratado, con la Cruz a cuestas, crucificado y muerto en la Cruz, pero con la certeza y la fe de ver que su Hijo Jesucristo resucitará.

Así es como la tenemos que ver en su paso de Palio, paseando y enseñándonos sus sufrimientos, sus dolores, sus amarguras, sus penas, como ejemplo de una Madre con tantas Angustias que tiene por su Hijo, pero también como la luz de una Estrella que nos da la esperanza de encontrar en Ella el camino y la guía a través de nuestra vida.

Quiero aquí traer estas líneas una parte de la oración de San Bernardo, que yo la considero especial en este tiempo, dedicada a María Estrella, la que nos guía hacia Dios, hacia su Hijo Jesucristo, la que nos consuela y nos da su luz.

Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María. Si eres agitado por las olas de la soberbia, de la detracción, de la ambición o de la envidia, mira a la Estrella, llama a María. Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a la Estrella, llama a María (...) No se aparte María de la Estrella de tu boca, no se aparte de tu corazón (...).

Que María sea siempre nuestra ESTRELLA, LA QUE NOS GUIE hacia el Cielo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios