Tierra de Nadie

Alberto Núñez Seoane

Matando España

Ya, es que no sé por dónde empezar, o sí… Comenzaré por 'lo' del pasado sábado en Madrid. Hablo del bodrio esperpéntico, repugnante, nauseabundo y vomitivo, que las 'autoridades', a las que pagamos con nuestro dinero, nos obligaron a tragar; de la inmunda y fétida bazofia golpista asentada a sus anchas en la capital de España, ocupando calles y plazas, enfangando la madrileña plaza de Neptuno con una especie de papel higiénico barato, pintarrajeado con un engendro puntiagudo –que no estrella- maloliente y pútrido que sólo apesta a fascismo, ante el beneplácito de la 'butifarra' Carmena y sus secuaces; molestando, incordiando y cagándose en todo lo que nos importa a los españoles; burlándose, con todos los parabienes y permisos oficiales, de España, del Tribunal Constitucional, del Jefe del Estado, del Tribunal Supremo, de La Constitución, de la Ley, de usted y de mi.

No importan los desacatos a las leyes ni las desobediencias a los autos, ni las pasadas por el forro de los cojones a las decisiones de la Junta Electoral Central, aquí no importa nada, esto, damas y caballeros, es un puto cachondeo. Joaquín Torras al frente de unos 18.000 energúmenos, lo que dio de sí a reunir la basura golpista, se pasearon por dónde les pareció, se rieron –una vez más- de todos nosotros en nuestra redonda cara y se fueron satisfechos, como no, con el nuevo guantazo que nos 'soltaron' a todos.

¡Esto, señoras y señores, es la España de hoy! Robe usted euros a cientos de millones –mejor a miles-, consiga contratos mil millonarios apuntándose al carro de los más corruptos, mienta en juicios sumarísimos, traicione al Estado, engañe a Hacienda o a la Bolsa, falsifique documentos o 'máster' o billetes 'de a 500', incluso, si le apetece, de usted un golpecito de Estado: no se preocupe, no pasará nada, ¡en absoluto!; salvo, claro, que robe usted medio pollo en un supermercado, o se salte una limitación de velocidad en la autovía, o no pague la cuota de Autónomos el mismo día 30 del mes, o le dé por fumarse un cigarrillo en la terraza entoldada de un bar, o ceda el paso o el asiento del autobús a una mujer con la que se cruce por la calle o se encuentre en el transporte público, o deje que su perro se cague en un parque, o se tire un sonoro cuesco en la conferencia de algún 'prestigioso líder' político; en cualquiera de estos casos será usted seriamente apercibido, expedientado, fichado, multado, y clasificado como 'peligro social', por lo que, en caso de reincidencia, irá usted directamente al trullo, donde pasará dos años en prisión preventiva a la espera de un juicio que lo condenará a seis meses y medio día, ¡y eso es lo que hay! Si luego le da a usted por protestar, otra vez al calabozo; si insiste, otra vez al talego; si continúa dando la vara, otra vez la preventiva, y, ¡he dicho!, eso es lo que hay, ¡punto! Así que mejor hágase usted un 'Torra' o un 'Puchcerdón', apúntese a la manada de golpistas traidores y tendrá salvo conducto para todo: podrá saltarse las leyes que no le gusten, podrá agredir, golpear, coaccionar o secuestrar, podrá malversar o cobrar comisiones ilegales, podrá incluso insultar sin problemas al Jefe del Estado, quemar su foto y la bandera de España también, no se preocupe, estando usted entre los mamarrachos 'estrellados' no le pasará absolutamente nada.

Lo cierto es que estamos dando alas a quien quiere acabar con nosotros, lo cierto es que, por ridículos complejos de 'demócratas' sin madurar, quienes deberían velar y proteger, a toda costa, por la unidad de España, los que juraron, o prometieron, defender la Ley y La Constitución, no lo están haciendo.

Y yo me pregunto: ¿hasta cuándo deberemos esperar los que sí están dispuestos a defender España, su integridad, las leyes que nos debieran amparar, la figura del Jefe del Estado y La Constitución que nos ha dado 40 años de libertad? ¿Hasta cuándo tenemos que seguir soportando insultos, amenazas, agresiones, burlas, desacatos y chufleos sobre todo en lo que creemos la inmensa mayoría de los españoles? ¿Hasta cuándo hemos de limitarnos a escribir un artículo de protesta, lamentarnos con los amigos en la barra de un bar o descalificar lo que está sucediendo desde el salón de casa? ¿Hasta cuándo esta insoportable situación que permite a cuatro gatos golpistas sentarse en Las Cortes de todos para hacernos hincar la rodilla y comulgar con las ruedas del molino que a ellos les dé la gana?

Están matando España, y con ella, a los civiles y militares, a los policías, guardias civiles y ciudadanos anónimos que dieron, o les arrancaron, su vida por ella. Ni la Una ni los otros merecen lo que cuatro bastardos están tratando de hacer. Es intolerable, trágico e insoportable.

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