José Rodríguez Carrión /

Merece la pena

¡JOé, como está la cosa! Estaba planeando las vacaciones y hacer una escapadilla al extranjero, pero a la vista de las noticias, mejor nos quedamos por aquí. El motivo es simple: por un lado, nos chulean los argentinos, los bolivianos y hasta los gibraltareños, y nosotros en plan cristiano poniendo la otra mejilla. Pero como dice mi amigo, lo peor no es que esa gente nos chulee, sino la opinión que el resto del mundo debe ir haciéndose de nosotros. No paramos de dar muestra de lo listos que somos: hay quienes arruinan un banco, dejan colgados a millones de inversionistas y en lugar de mandarlos a la cárcel, se les pagan indemnizaciones. Un montón de gente se jubila y cobra pensiones de empresas que ni conoce y por trabajos que nunca hizo, y aquí, en Jerez, esta semana descubrimos que hay quien ha puesto su inteligencia, no al servicio de encontrar trabajo, sino al de cobrar el desempleo sin darle un palo al agua. ¿Qué pensarán de nosotros fuera de aquí?

Lo malo es que además este tipo de noticias hace que se piense que todos somos iguales, pero hay que tener claro que no. Los sinvergüenzas deben ser señalados de forma pública y que quede claro que el resto es gente honrada y honesta que se gana la vida trabajando o al menos intentándolo. Menos mal que siempre habrá gente que compense la existencia de esas raleas. Mi amigo no para de hablarme de la ingente labor que llevan a cabo entidades como El Salvador, Cáritas, Soje, Madre Coraje, y tantas otras que hacen posible que los más castigados por el infortunio puedan tener al menos un rayo de esperanza para seguir adelante. Que Jerez es solidaria lo sabíamos, pero se confirma cuando vemos como día tras día abre el comedor del Salvador y hay comida para atender a cuantos llegan. O cuando conocemos que Cáritas Jerez ayudó en más de 60.000 demandas. Esto es lo que hace que estemos contentos de vivir aquí, que a pesar de cómo están las cosas, a pesar del ombliguismo típico de Jerez, cuando realmente hace falta empujar para salir del hoyo, Jerez y los jerezanos están ahí. Por eso vivir en Jerez, sin duda… ¡merece la pena!

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