Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Millo llama dos veces

El contraste es un buen método de aproximación a la verdad. Es clarificador. El PP andaluz ha buscado un refugio en modo de cargo público a Enric Millo, el anterior delegado del Gobierno central en Cataluña. Elías Bendodo sale en rescate, así, del hombre que tuvo que dar la cara por España en esos días tan duros de la rebelión catalana, ha sufrido insultos y hasta amenazas de muerte. Como es un sorayo que Pablo Casado no quiere, ni su nuevo hombre en Cataluña tampoco, Millo ha encontrado el cargo en el sur, uno de los polos moderados del PP junto a Galicia. En serio, tampoco es tan grave, es este tipo de asuntos que enardecían al PP cuando estaba en la oposición al socialismo, cuando los profetas del Apocalipsis denunciaban en Andalucía el mayor caso de corrupción de toda España. Y el segundo, y el tercero, y el cuarto. Por cierto: vaya taponazo lo de las auditorías a la administración paralela. Duplicidades es todo lo que han hallado. De todos modos, estaba cantado que Millo encontraría un hueco. Es un superviviente. Nuestro secretario general de Acción Exterior fue militante de Unió y ejerció durante ocho años de parlamentario de CiU en la Cámara catalana, llegó a ser su viceportavoz y, cuando no le pusieron en las listas de Gerona, llamó a la puerta de ERC, según relató Joan Puigcercós. Más tarde fue auxiliado en el PP.

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