La columna

Luisa Fernanda Cuéllar

Mirador

EN días pasados, Pilar Pardo presentó un nuevo libro de poemas titulado "Mirador". Su obra es el reflejo de una mujer en la que la fragilidad, la fuerza y la determinación conviven en armonía.

Pilar ve el mundo con la perspectiva privilegiada que le da su sensibilidad. Por ello es capaz de hacer filigranas con cualquier cosa que se cruce en su camino. En uno de sus poemas nos habla de la playa: "La playa entera se ha quedado lisa. / Se borra toda huella: /muestra su indiferencia a nuestro empeño / en dejar un indicio / que evoque quienes fuimos".

Sabe de la aridez que impera en este mundo que no lee, que no es capaz de disfrutar de una buena novela: "Se condena a una sed / perpetua aquel que vive sin bañarse / entre las dulces olas de los libros".

Pilar es capaz de advertir lo que muchos ni siquiera intuyen: "Suspiro enamorado / de todo cuanto vive / son las nubes. / Y el cielo encuentra alivio / al ver deshecho en lluvia lo que guardan.

Esta poetisa, discreta y sabia, ve vida en donde el paisaje es desolador: "El desierto se extiende / como un cuerpo desnudo ante mis ojos, / lleno de intimidad en los detalles.

También se duele ante el daño: "Cada piedra que arrojan en mi alma / va iniciando las olas de un estremecimiento. / Es cada vez más arduo / recomponer el esplendor del día, / copiar a las estrellas / cuando tengo mi fondo lastimado".

Pero Pilar tiene un canto de esperanza del que nos hace partícipes: "¿Alguna vez percibes la certeza / de que vamos a un mundo más sencillo / en que es posible el roce / más dulce sin el daño? / Si algo dentro de ti / espera sin descanso ese destino, / puedo llamarte hermano".

En este nuevo libro, Pilar nos invita a compartir un mundo ajeno al ruido, a la vulgaridad y al sinsentido que nos rodea.

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