la esquina

José Aguilar

Mirando a la izquierda

CONFIRMADO: las cabezas pensantes del Partido Socialista han llegado a la conclusión de que para salvar los muebles en las próximas elecciones tienen que volver a su perfil más socialdemócrata, francamente desvaído durante el segundo mandato de Zapatero.

Según analizan, les bastaría con acordarse de que son de izquierdas para no tirar la toalla frente al PP, en el bien entendido de que el salvamento mobiliario al que aspiran no es una victoria electoral que no cabe ni en las mentes más calenturientamente triunfalistas. Se trataría, en el caso de las elecciones generales, de perderlas con dignidad, sin quedar aplastados por el Partido Popular -como en las municipales y autonómicas recientes- y en fuera de juego durante ocho años. Lograr que Rajoy no se haga con la mayoría absoluta sería ya un éxito notable.

En el caso de Andalucía la perspectiva cambia. En Andalucía los socialistas aún confían en el milagro de una resurrección. ¿Con qué fundamentos? Con varios. Se estima, por una parte, que la debacle municipal del 22-M estuvo especialmente motivada por la indignación ciudadana ante el paro y la crisis y por la voluntad decidida del electorado de castigar al Gobierno Zapatero, que se ha demostrado, sucesivamente, autista, errático e incompetente. Esta contundente moción de censura en las urnas no tendría por qué prolongarse en las elecciones autonómicas, sobre todo si se celebrasen después de las generales.

En segundo lugar, el PSOE andaluz mantiene una organización, penetración social, influencia y red clientelar sin parangón en otras agrupaciones territoriales de este partido. Su capacidad de resistencia al vendaval del PP no puede ser despreciada. Al contrario, la arrolladora victoria municipal del PP andaluz le puede venir bien para reconquistar a un sector social que le ha abandonado el 22-M pero que propende a asustarse al comprobar la concentración de poder en manos de los populares y desconfía expresamente de su proclamada moderación.

Por último, aunque no menos importante (de modo más pedante, last but not least): el factor Izquierda Unida. Ningún líder ni cabeza pensante del socialismo andaluz cree en un triunfo de Griñán sobre Arenas. El objetivo razonable que se plantean de cara a las andaluzas es impedir que Arenas gane por mayoría absoluta y pactar con Valderas un gobierno de coalición. Para entendernos, hacer en 2012 lo que no se pudo hacer en 1994 y que, por cierto, Valderas quería personalmente. Hay una diferencia. En 1994 el PSOE logró la mayoría relativa y Chaves derrotó a Arenas, mientras que la de ahora sería una alianza entre perdedores.

De esta hipótesis han nacido el retorno al discurso socialdemócrata, un giro aparente a la izquierda y un Griñán de mano tendida a IU.

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