UN grupo de personas se manifestó ayer en la calle Larga. Hacían jaleo en honor a sus derechos y altavoz en mano pedían el apoyo de los ciudadanos que pasaban en ese momento por allí. También advertían de las malas artes de ciertas entidades bancarias, las que ellos habían sufrido. Era media mañana y el tráfico de transeúntes era intenso. Es curioso cómo la crisis ha cambiado los hábitos de los 'espectadores' que 'asisten' a este tipo de protestas. El gesto mayoritario era mirar hacia abajo en tono pensativo, algo así como "otra manifestación", "esta situación no acaba nunca" o "qué asco de país". Otros miraban un segundo, el tiempo justo para recuperar el hilo de lo que estaban pensando un momento antes de encontrarse con el panorama. También los había que observaban un poco más y continuaban con su camino. Otros, simplemente, eran indiferentes del todo al sufrimiento que parece ya normalizado entre la población.
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