Carmen Oteo /

Miserias

El cuentahílos

13 de agosto 2012 - 01:00

QUE sí, que no, que seguramente y así hasta septiembre en que de una vez por todas nos administren los santos oleos del rescate. Dicen que nos vamos a enterar de lo que vale un peine. Que van a venir con las llaves de un purgatorio de restricciones y penalidades, que llegará el lloro y el crujir de dientes. Que ya no vale el limbo de las ayudas y los reajustes. Que las puertas del Banco Central Europeo no las abre ni San Pedro bendito.

Entretanto la ola de calor es una lengua de fuego que nubla el entendimiento, ahoga las esperanzas y enferma el corazón de los que mandan. Acabar con la sanidad para los inmigrantes y tener en vilo a los que sólo tienen cuatrocientos euros para sobrevivir me hace pensar que no sólo tenemos que ser rescatados sino que ya no somos nada. Vaya manera de empobrecerse, una auténtica ruina moral sin rescate posible. ¿Para cuándo la reestructuración del sistema político español? ¿No se enteran de que ellos son el gran problema de España?

Un cristiano viejo, que es lo éramos todos hasta hace nada, jamás hubiera permitido hacer economía con los que no tienen lo indispensable. Un cristiano viejo sabe que nada le pertenece, que todo es de todos y que el prójimo es uno mismo. Cuando cada cual mira por su plato de lentejas y lo agarra con desconfianza es que hemos llegado a la miseria.

Por eso nadie puede extrañarse de que hayan asaltado un supermercado. La historia se repite en este país de cafres. Si en la Republica quemaron conventos, ahora asaltan supermercados que son los templos de la modernidad, con su feligresía, su hoja parroquial de ofertas y su pedigüeño en la puerta. Se procura el mismo escándalo.

Lo curioso es que a la cabeza de este asalto se ponga un político, peculiar pero político al fin y al cabo. Es como si la quema de conventos la hubiera encabezado un obispo rojo. Curiosa manera de hacer la revolución, desde el aforamiento. Políticos.

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