A rienda suelta

Pedro Ingelmo

Montaré una consultora

MIRA que no haber caído. Si esto es muy sencillo. Llevo años dándole vueltas a cómo hacerme con el botín de un furgón blindado y resulta que la solución para mis quebraderos económicos, IBEX 35 aparte, estaba delante de mis narices. Una consultora, ni más ni menos. Brillante, eh? Consiste en tener un buen comercial que encandile a ayuntamientos ingenuos, que es donde se encuentra el principal yacimiento de pardillos y que, como no manejan su dinero, tampoco se fijan mucho en las facturas. El trabajo es sencillo, ya que consiste en darles a conocer en un informe lo que ellos ya deberían saber. Es decir, se le pregunta a los de dentro lo que quieren saber los políticos. Bien es cierto que los políticos podrían directamente preguntar a los de dentro, pero los políticos están muy ocupados y por eso necesitan una consultora. Y ahí estaré yo, dispuesto a ser el más caro del mercado y a decir todo lo que mi cliente quiera oír. Triunfaré. ¿Quién necesita un furgón blindado?

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