El acuerdo de coalición PP-Cs de diciembre de 2018 incluía un apartado de regeneración democrática que se ha incumplido. En política las promesas sólo comprometen a quien se las cree, según el adagio del gaullista Charles Pascua. Muchos de los 23 puntos de aquel pacto se han quedado en agua de borrajas, como limitar a ocho años el mandato del presidente, mejorar la RTVA para garantizar su imparcialidad, suprimir el aforamiento del Consejo de Gobierno y los diputados del Parlamento, hacer más proporcional la ley electoral, eliminar el Consejo Consultivo… Nunca más se supo de todo eso, ni se recuerda en la campaña.

Sobre la limitación de mandatos, el Gobierno andaluz dejó caer que se hará una ley y entonces se pondrá a cero el contador de Moreno. Canal Sur sigue siendo el buque insignia de la propaganda gubernamental. Ya lo era con los socialistas, pero Bendodo ha superado a Zarrías: este presidente ha sido titular en todos los telediarios de mañana, mediodía y noche, un día tras otro. Se puede considerar que Canal Sur se presenta a las elecciones y conseguirá muchos escaños para el PP.

El debate de mañana será distinto al de TVE, con todos los actores avisados. El del lunes pasado fue un ejercicio de tanteo, del que salió airosa Teresa Rodríguez, que moderó su estilo extremista. Hubo una perdedora: Macarena Olona, cuya sobreactuación fue un empacho. Es una candidata decepcionante. A Moreno le habían dicho que no pidiera el balón y anduvo evitándolo toda la noche. El hombre de moda no fue un líder, el suyo no se pareció en nada al papel de Macron en el último debate contra Marine Le Pen. En su copia del macronismo, una marca sin ideología, los asesores de Moreno se han olvidado de la solvencia técnica y categoría intelectual del presidente francés. No todo es una pose, una foto y una frasecita.

Y si el presidente hace el Don Tancredo, su socio muestra locas ganas de repetir. Buen escudero, este Marín, ávido de al menos una ínsula Barataria. El jueves en Churriana de la Vega el candidato popular, en su afán de mostrarse más bueno que el pan, hizo una pregunta retórica: "¿Qué miedo doy yo, a quién me voy a comer?". Pues se está comiendo a Ciudadanos delante de nuestras narices. Mientras López Miras, Ayuso y Mañueco se han comido a Cs a bocados, Moreno se está comiendo a besos el gran botín de estas elecciones, que son los 660.000 votos naranjas. A Marín puede que no le llegue para su ínsula.

Espadas está yendo de menos a más, pero se le ve nervioso y cansado. E Inmaculada Nieto luce por debajo de sus posibilidades. A ambos les falta concretar más. La extrema izquierda se ha vestido de andalucista en esta ocasión. Teresa Rodríguez prometió estar en política ocho años, porque no quería convertirla en su profesión. Se ha cumplido ya ese plazo y ahí sigue. Lo de que las promesas sólo comprometen a quien se las cree, sirve para todo el arco parlamentario.

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