Venía denso, bien cargado informativamente el último día de agosto. Resaca del sorteo de Champions, latente actualidad del futuro de la Liga Europa con Sevilla doblemente representada y daba Luis Enrique su primera lista como seleccionador nacional. Una lista para los compromisos con Inglaterra y Croacia en el nuevo invento UEFA y en el que se producen mucho casos que, como mínimo, pueden calificarse de extraños.

No es extraño que se caiga de la lista Pepe Reina, que ha alargado de forma extraordinaria su presencia en la selección por mucho que fuese sólo testimonial su inclusión. Una ausencia la del ahora portero milanista que propicia que Sevilla tenga alguna representación. Es en beneficio de Pau López, ese guardameta tan cuestionado desde trincheras ciertamente afines al hombre que ocupaba anteriormente su puesto de guardián de las mallas verdes, blancas y verdes.

Para mi leal saber y entender hecho en falta a un futbolista del Betis y a otro del Sevilla. Echo en falta al que, tras irse Piqué, pudiera ser el mejor acompañante de Sergio Ramos en el centro de la defensa. Me refiero a Bartra y me choca más por el hecho de que Luis Enrique lo conoce sobradamente de su tiempo barcelonista. El otro ausente, para mí inexplicable, es Jesús Navas un ala que por su reconversión a metros atrás se ha convertido en polivalente, eso que tanto mola.

Después hay detalles tan ridículos como el de convocar a un futbolista que está lesionado para cierto tiempo, el realista Llorente. Muy lógico rectificar aquel error de Lopetegui de no contar con Marcos Alonso jamás y también extraño prescindir de Koke o del impredecible y goleador Iago Aspas. Como resulta que cada españolito llevamos un seleccionador dentro, pues sólo resta desear lo mejor para este nuevo tiempo del fútbol nuestro, pero convocar a un lesionado...