tribuna libre

Antonio / Gómez / Presidente De / Madre Coraje

Necesidad de voluntariado

CUANDO Octavio Paz recibió en Estocolmo el Premio Nobel de Literatura hizo un diagnóstico duro pero certero de lo que ocurre en nuestra sociedad. Dijo que las sociedades democráticas y desarrolladas económicamente han alcanzado una prosperidad envidiable; asimismo son islas de abundancia en el océano de miseria universal. El auge del mercado tiene una relación estrecha con el deterioro del Medio Ambiente, y el aumento de la miseria. La contaminación no sólo infecta el aire, los ríos y los bosques sino las almas. Una sociedad poseída por el frenesí de producir más para consumir más, tiende a convertir las ideas, los sentimientos, el arte, el amor, la amistad y las personas mismas en objeto de consumo. "Todo se vuelve cosa que se compra, se usa y se tira al basurero". Ninguna sociedad había producido tantos desechos como la nuestra. Desechos materiales y morales. Tenemos el deber de criticar nuestras sociedades para perfeccionar el mundo."

La mejor respuesta ante este diagnóstico tan negro pero tan real es el voluntariado solidario. Este voluntariado lo componen esas personas que forman "un ejército de paz en pie de guerra". Son las que en un mundo mercantilista trabajan y ofrecen su tiempo libre de forma gratuita para ayudar a los que lo necesitan. Son la esperanza de esta sociedad corrompida por la falta de valores. Son los que recorren con paso firme la senda de la solidaridad. Son los que mantienen un compromiso con quienes lo necesitan. Son los que ponen el esfuerzo necesario, para ir hacia un mañana mejor. Son el testimonio que necesita este mundo para conseguir una convivencia entre los seres humanos desde la Igualdad. ¡Éste es el voluntariado solidario! La sociedad necesita para que cambie y sea más justa de este voluntariado solidario.

Por eso debemos protegerles de los que quieren comprar su mejor virtud, que es la gratuidad, ofreciéndoles compensaciones por su esfuerzo o de los que quieren desviar su actitud de solidaridad para otro fines particulares, o políticos no solidarios, o de aquellos que deterioran sus relaciones humanas de fraternidad y de igualdad. Debemos cuidar y potenciar su motivación sea cual fuera, como el motor de la continuidad de sus actividades. Debemos acogerles con afecto, facilitarles su trabajo y llevarles un seguimiento personal para ayudarles en sus dificultades, porque un mundo mejor los necesita. Pero sobre todo debemos mantener su voluntad de gratuidad, su actitud de solidaridad, y su espíritu de igualdad, cuyos valores definen el amor, el cual es la mayor fuerza que tiene el ser humano para transformar esta injusta sociedad.

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