Fue una fiesta hasta que dejó de serlo aquella Eurocopa de Naciones que arrancó con triunfo memorable en Wembley para que el globo se deshinchase una noche de lluvia en Heliópolis. De la mano de Luis Enrique, el paso de una Inglaterra demoledora con su tridente atacante nos hizo despertar del sueño y España se quedaba fuera de la final four ante un equipo, el croata, que justificó plenamente por qué había sido subcampeón en Moscú.

Esta noche en Valencia, la selección empieza su periplo en una nueva Eurocopa ante una selección menor, pero Noruega ya sabe a qué sabe cruzarse en nuestro camino. Lo sabe el fútbol español en general y Molina muy en particular, que vio cómo Camacho lo mandó a la reserva tras un error suyo ante los nórdicos. Pero es lo de esta noche en Mestalla lo que nos importa y el asunto viene rodeado por la incertidumbre de qué selección vamos a encontrarnos hoy.

Han sido muchas las probaturas que Luis Enrique ha ido haciendo en este tiempo de laboratorio. Sobre todo ha hecho varios experimentos en el aspecto defensivo. La negativa de Piqué a seguir defendiendo a España ha sido como los polvos que trajeron los lodos de aquella noche triste en Villamarín. La exhibición de Kane, Sterling y Rashford dejó demasiado al aire las costuras que mal mantenían la integridad de nuestra portería y por ahí surge una turbamulta de inquietudes.

El grupo clasificatorio que le ha tocado a España en la Eurocopa es lo habitual, algo que no debe impedir que vayamos a paso de oca hasta esa fase final insólita de doce sedes en doce países. Todo arranca esta noche bajo la magnífica luna de Valencia y a ver si los noruegos no nos tuercen el gesto. Lo habitual de la gran España que tanto ganó con Aragonés y Del Bosque es ir a paso de oca hasta el final, por lo que tampoco hay por qué dudar de que con Luis Enrique sea igual.