En estos días hemos podido ver en la 2 de Televisión una serie sobre Pablo Ruiz Picasso. Hecho magnífico pues la figura del gran pintor puede, así, acercarse al gran público. Él ha sido uno de los más grandes pintores de la historia. No obstante no creo que les haya interesado a muchos. Películas sobre los más grandes de todas las manifestaciones no han proliferado. Si no iban a ser apoyadas para qué realizarlas. Asunto, en cierta manera, hasta lógico; aunque podrían ser muy válidas y servir para información general de una mayoría que está absolutamente al margen de la cosa cultural. Sin embargo es noticia la serie de ocho capítulos, ocho, sobre Sergio Ramos, el futbolista del Real Madrid. Su calidad como jugador puede tener cierto interés, pero ocho programas sobre su vida, me parece algo fuera de lugar y producto de esta sociedad desquiciada en la que vivimos.

Es inexplicable y hasta vergonzoso. Quizás, a la serie se le podría sacar ciertas circunstancias positivas, sobre todo porque refleja la sociedad hortera, los nuevos héroes de papel mojado y efímero, la espuria popularidad de figuritas para un público ágrafo. Nada más. Me temo que no es el primero ni será el último. Existe una cadena cuyo nombre ya produce cierto mal olor que es líder en fomentar a este tipo de especímenes y convertirlos en modelos sociales para un espectador falto de luces. Tras el futbolista no sería de extrañar que se biografiaran algún otro elemento digno de ese nuestro mundo degenerado. Doña Belén Esteban, insigne escritora, daría para una serie de muchos capítulos. Lo veremos.

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