TIENE QUE LLOVER

Antonio Reyes /

Nuevo colonialismo

9de marzo de 1888, el Káiser alemán Federico III muere de un cáncer de laringe. Su reinado al frente del imperio no llegó a los cien días. Le sucede su hijo, Guillermo II, que opera una gran transformación en la política exterior alemana. En 1890 destituye a su canciller, Otto von Bismarck, creador de la llamada Realpolitik o política de equilibrio de poderes entre las potencias europeas, e inicia el camino de la Weltpolitik o política agresiva de dominio, basada en la supremacía militar y armamentística.

Fruto de esta nueva estrategia, en julio de 1911 un buque cañonero de la marina alemana, un SMS Phanther, desembarca en el puerto marroquí de Agadir. Este hecho, planteado como un desafío a Francia, pretendía salvaguardar los intereses alemanes en la zona. La tensión termina con acuerdo: se abren las puertas al Protectorado franco-español en Marruecos, acordado en 1906 en la Conferencia de Algeciras, a cambio de la anexión alemana de extensos territorios en el Congo belga. Fue el llamado "incidente" de Agadir.

Justo un siglo más tarde, 2011, Alemania provoca un nuevo "incidente" que ha puesto en marcha un proceso de inminente protectorado (recordemos, régimen de control y supervisión de los territorios coloniales y de sus recursos, contando con la pervivencia de los mandatarios e instituciones locales, que hacían de enlace con las autoridades metropolitanas). Un nuevo protectorado, ahora sobre el conjunto de los territorios de la Unión Europea.

Hablo de la llamada marktkonforme demokratie o democracia de conformidad con los mercados. Para desarrollar esta idea, lanzada en septiembre por la Canciller Merkel en la radio pública alemana, Deutschlandfunk, se pondrá en marcha el próximo mes de julio el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), como norma legal en la UE. Este Mecanismo, articulado a través del "Pacto Fiscal" y firmado por los jefes de gobierno europeos el pasado enero, obligará a los estados a incluir en sus Constituciones la "regla de oro": el déficit estructural anual debe estar por debajo del 0,5 % del PIB. En caso contrario, los estados serán denunciados y presentados como "reos" ante el Tribunal de Justicia de la UE.

Por tanto, la Káiser Ángela Merkel, en consonancia con los intereses de sus socios, los mercados, ha acordado instaurar un nuevo protectorado en Europa. Por él, los gobiernos perderán su soberanía económica (y no olvidemos que la economía solo es el medio para dar forma a los objetivos políticos) en beneficio de las nuevas metrópolis: los mercados y las instituciones financieras. Los ciudadanos, así, nos convertiremos en sus súbditos coloniales.

Como indica Ignacio Ramonet, cuyo texto tomo como base en este artículo, en Le monde diplomatique, "Carlos Marx decía que los gobiernos, en la era industrial, no eran más que los consejos de administración de la burguesía. Hoy podríamos decir que, en la Europa 'austeritaria' de Ángela Merkel, los Gobiernos se están convirtiendo en los consejos de administración de los mercados. ¿Hasta cuándo?".

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