Hoy, no se nos olvide, celebramos el Día del Flamenco de Andalucía, porque, justamente hace siete años, nuestro arte fue incluido en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Ahí es nada. Suena grande ¿verdad? Desde aquel día hasta hoy, mucho se ha podido debatir sobre la utilidad o los beneficios de semejante reconocimiento. No voy a entrar en ello ahora, pero sí quiero poner de relieve uno de esos beneficios: la posibilidad de celebrar y celebrarnos al menos un día al año como miembros de la gran familia flamenca y mostrar de manera especial nuestro orgullo. Por eso, hoy me voy a echar a la calle bien de mañana para disfrutar de lo que el día me ofrece por tal conmemoración. Visitaré el Centro Andaluz de Flamenco (CADF) para conocer de primera mano a Pulpitarrita, el personaje creado por la bailaora Silvia Marín como magnífico modo de acercar el flamenco a niños y jóvenes. Más tarde, me acercaré al Alcázar para escuchar a nuestra bailaora María del Mar Moreno, que pronunciará el Manifiesto del día de hoy. He celebrado mucho que este acto pase a estar protagonizado por artistas y no me lo pienso perder. Espero encontrarme con algún que otro flamenco y poder así brindar por nuestro día. Por la tarde volveré al CADF, que ha programado una interesante audición y, para rematar la jornada, iré a la Fundación Caballero Bonald donde se entregará el I Premio de Investigación del Flamenco Ciudad de Jerez. No esta mal el programa, ¿verdad? Puede que se eche en falta alguna fiesta en la calle, algo que prolongue de forma más popular la celebración, pero sabemos que los jurdeles están cortitos, y tampoco voy a ponerme pejiguera. Pero, acordarse de aquellos que han hecho grande nuestro arte en sus casi dos siglos de historia y de esos otros que lo siguen haciendo sale gratis. Lo mismo que sentirse orgullosamente flamenco.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios