Crónica levantisca

juan manuel marqués perales

Y el PP estalló

Brota el asunto no resuelto de la elección de Casado en el pasado congreso, cuando se le opuso la dirección andaluza

El PP de Sevilla es como el PSOE de Cádiz, una Herzergovina donde el enfrentamiento interno es secular y donde las lealtades mutan como el coronavirus. Pero la pugna que se ha abierto en la provincia sevillana por la presidencia del PP no es un endemismo hispalense, sino que ha sido el manantial por donde ha brotado un asunto no resuelto desde que Pablo Casado fue elegido presidente con la oposición de la dirección andaluza.

Bueno, resuelto, pero estropeado en los últimos días. Juanma Moreno, todo un presidente de la Junta, pero responsable final de su partido, bajó al terreno para convencer al alcalde de Carmona y que éste diese la batalla contra Virginia Pérez. Las alarmas estallaron. Recuerdos de Zapatero contra Tomás Gómez. Sólo puede ganar el presidente. Por el bien del partido.

La causa viene desde Almería, donde alguien también convenció a Gabriel Amat para que siguiese de presidente y no dejase paso a José Aureliano García, casadista de la primera hornada. Esto no estaba escrito en el guión ideado entre Génova y San Telmo, y desde Madrid se ha visto la intervención de Elías Bendodo, que actúa como un secretario general de facto del PP, más una sombra que pasaba de modo fugaz: la de Javier Arenas, tan almeriense como sevillano.

Cádiz y Sevilla se han convertido en un polvorín para el PP. Allí donde todo debía ser tranquilidad, porque el Gobierno da mucha paz, han vuelto a surgir no ya la lucha fraticidad, que es lo de menos, sino un cuestionamiento de ambas direcciones.

Pablo Casado es un líder débil, y quiso celebrar los congresos provinciales antes del nacional para asegurarse la paz en ese cónclave. Cataluña ha sido una debacle para los populares. La venta de la sede de Génova fue acogido por los líderes regionales con más sorna que enfado.

El PP andaluz aspira a ser como el gallego de Núñez Feijóo, nadie va a decirle qué tendrá que hacer con Vox en el futuro. Juanma Moreno mantiene una buena relación con Pablo Casado, pero el Gobierno andaluz y el PP regional son de los segundos. ¿A cuenta de qué viene el boicot repentino e inexplicable del PP al presidente de la Cámara fiscalizadora si no a un enfado del consejero de la Presidencia por el señalamiento de las cantidades no recaudadas por la Diputación de Málaga cuando él mandaba allí? El reguero de la piromanía se ve desde Almería hasta Cádiz.

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