Padrinos y sicarios

Todos los dirigentes tienen a segundos para hacer trabajo sucio. Moreno tiene a Bendodo y Cornejo tiene madrina

El secretario de Organización del PSOE andaluz ha llamado al portavoz del gobierno regional golfo y sicario de su padrino el presidente. No son nuevos estos modos en la política doméstica, pero van a peor. Andan los socialistas desorientados sobre cómo hacer oposición, y para evitar que se consolide una imagen moderada de Moreno le piden a Susana Díaz más contundencia. Así ha salido Cornejo por peteneras. Debería disculparse.

Su argumento es que Bendodo también insulta desde su función de portavoz. No va descaminado; el desahogo del número dos del Gobierno andaluz es creciente. Su afirmación de que Susana Díaz llevaba un tiempecito tumbada a la bartola sin dar un palo al agua, cuando ha estado de baja maternal, es grosero. Cornejo lo utiliza para tacharle de golfo político y responsabilizar al presidente de sus desmanes, con el argumento de que si fuera la mafia el uno sería el padrino que da las órdenes y el otro su sicario ejecutor. Es un debate de altura, como ven.

Es cierto que el portavoz no se quita la camiseta de hincha pepero en su función institucional. Puede comparar la entrada de su partido en el Palacio de San Telmo con la llegada de los marines norteamericanos a los palacios de Sadam Hussein, contar que dedica un 20% de su tiempo a pasar factura al pasado poder socialista, que tiene munición con el caso de los eres para dos legislaturas, o decir en rueda de prensa 20 veces que habían encontrado unas cajas fuertes escondidas con evidencias de corrupción, que ni eran cajas fuertes, ni estaban escondidas, ni nada se supo de los papeles.

Loles López ha reclamado una reparación. Aduce que comparar a su partido con mafiosos asesinos es inadmisible. Quizá la agudeza de la secretaria del PP andaluz le permita discernir si el régimen de Sadam Hussein era mejor o peor que la mafia. Todos los dirigentes políticos tienen a segundos de a bordo para hacer trabajo sucio. De hecho Cornejo debe haber dicho lo que dijo por encargo de su madrina. Pero quien gobierna tiene más responsabilidad. El miércoles en Madrid Moreno presumió de moderado, como Feijoo y Mañueco. Pero la moderación no se exhibe, se ejerce. En Galicia Feijoo considera a Vox populismo de extrema derecha y Mañueco prescinde de ellos en la reconstrucción de Castilla León, mientras Moreno los corteja aquí. Y los shows de Bendodo ponen en entredicho la urbanidad del Gobierno andaluz. Su respuesta a los exabruptos de Cornejo estuvo en la misma línea: "ni puñetero caso". Este es el nivel.

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