Desde ayer nos vienen asustando con esa ola de frío siberiano que dice que llegará a Jerez para dejarnos helados. No se encuentra usted a nadie que no venga con lo mismo. Maestro, dicen que mañana va a nevar, me decía un alumno, abrigado hasta las cejas cuando habitualmente va en mangas cortas aunque el termómetro tenga el mercurio en el fondo de la papelera. ¡Uf, qué frío en febrero! Como si febrero no fuese tiempo de frío. Si no hace frío en invierno, lo mejor es que lo haga en agosto en Valdelagrana - yo conozco a uno que se apuntaba a un verano con frío para no tener que bajar la Cuesta del Chorizo - Toda la vida de Dios ha hecho frío en este tiempo, a veces mucho frío, y nunca ha pasado nada y mucho menos ha servido para ser hecho noticiable de primerísima página en los medios de información. Ni la reunión de los líderes de los dos partidos mayoritarios en palacio firmando un acuerdo para no sé qué; ni los números del partido ese que viene asustando a los de arriba por que ven peligrar el carro y a los de abajo por que se fían poco; ni mucho menos las muertes impunes en Oriente Medio, ni la guerra civil, también impune, de Ucrania, ni los asesinatos de los rehenes en manos de los orates descerebrados y desalmados de los encapuchados fundamentalistas árabes; ni la descabellada, absurda y arbitraria ley del Ministro superequivocado Wert; ni el embarazo griposo de doña Susan;, ni tampoco la todopoderosa ausencia de Cristiano Ronaldo por habérsele ido la pinza jugando en un Arcángel cordobés en tarde de no poder, ha restado protagonismo al frío invernal de estos días. No cabe duda de que somos bastante verbeneros. Hoy, seguro, que verán ustedes a gente forrada como si vinieran de las estepas siberianas; si mañana el 'marianomedina' de turno dice que las temperaturas templan, se cruzarán con alguna señora viniendo de la plaza con las mangas a la sisa. Como diría el Blasillo de Forges: ¡País!