Vara y pulgar

Daniel lamparero

Director de Diario de Jerez

Paisajes con denominación de origen

El paisaje es un bien cultural tan importante como el que más. Esta frase, tan potente como acertada -lo bueno, si breve, dos veces bueno-, no es del que suscribe sino de don Manuel Barcell, de las personas más enamoradas de la naturaleza que tengo el gusto de conocer. Escrita hace tiempo y repetida estos días, viene al caso por el caso del proyecto del parque eólico El Barroso, que prevé la construcción de cinco aerogeneradores -esos gigantescos ventiladores o molinos de viento- en el entorno del viñedo histórico del Marco de Jerez, entre los pagos de Añina y Macharnudo.

Y no es de extrañar que se haya formado un frente común de viticultores y bodegas en defensa del viñedo y en contra de la invasión de las energías renovables en el Marco. Vaya por delante que no se trata de estar en contra de las renovables, fuentes de energía verdes, limpias y que no producen gases de efecto invernadero. No se trata de debatir sobre el cambio climático porque todos estaremos de acuerdo en limitar al máximo posible cualquier emisión contaminante. La utilidad pública está fuera de toda duda: aquí de lo que se trata es de proteger el patrimonio vitícola y la actividad industrial y enoturística que lleva asociada, así como el paisaje, la flora y la fauna -el entorno del viñedo forma parte de la ruta migratoria de las aves hacia Doñana-; no se trata de una batalla contra las energías renovables sino de buscar alternativas que permitan que ambas actividades convivan sin que ninguna resulte perjudicada.

Un buen ejemplo es darse una paseo hasta Sanlúcar, con un paisaje de aerogeneradores de muchísimos metros de altura que ensucian el paisaje del pago de Balbaína. Como escribe Ángel Espejo, "la imagen, grotesca, rompe con el idílico paisaje de viñas que antes dominaba la escena".

Y no parece que la solución sea complicada: la alternativa es buscar otros terrenos donde Capital Energy pueda desarrollar su proyecto a plena satisfacción sin invadir el viñedo del Marco. Y ahí es donde las administraciones deberían aunar esfuerzos y coordinarse sin mirar colores porque aquí solo hay uno, el de Jerez y su patrimonio cultural, porque el paisaje es un bien cultural. El Ayuntamiento dice que apoya a los viticultores y bodegas pero el movimiento se demuestra andando: debe mediar para encontrar una solución que contente a todas las partes y para ello utilizar todos los recursos legales a su alcance, revisar la concesión de la licencia -PGOU y Plan Especial de Ordenación de Recursos Eólicos mediante- y acordar con la Junta de Andalucía y con quien haga falta los resortes necesarios para zanjar este problema de una vez por todas pensando en el futuro.

Si somos lo que defendemos, Jerez tiene que proteger su patrimonio cultural y el viñedo del Marco lo es: hay que activarse ahora porque de lo contrario corremos el riesgo de que el día de mañana solo podamos lamentarnos de haber perdido un paisaje con denominación de origen.

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