Cuarto de Muestras

Pido justicia

Quiero una sentencia, no un galimatías

No sé en qué justo momento dejamos de mirar con miedo a los asesinos de ETA. No sé cuándo ni por qué se acabó el problema del terrorismo etarra y comenzó el de los independentistas catalanes. Hasta ese momento, que prácticamente coincide, los vascos mataban y los catalanes sólo querían el dinero que se les daba con generosidad y a discreción gobernara quien gobernara. El resto de España nos habíamos acostumbrado al chantaje de las armas de unos y al económico de los otros. Los españoles de segunda sólo queríamos vivir en paz, en democracia y que dejaran de matar. Difícil en un país cafre siempre enfrentado a sí mismo.

Cuento esto muy resumido porque no sé cuándo se calló el País Vasco y comenzó a desmadrarse Cataluña, pero sé que coincidieron como si compartieran cronómetro y estuvieran perfectamente repartidos tiempos y argumentos. Tú te subes al monte y empuñas las armas que yo asaltaré el congreso, las leyes y el orden. Ambos dominan la táctica del atentado, unos mediante un leguaje bélico de armas y sangre, los otros desafiando la ley y el sistema establecido mediante la rebelión política y el socavamiento de las instituciones del estado.

La semana que viene comienza el juicio más importante de España porque en él no se sientan en el banquillo sólo cuatro delincuentes locos, en ese juicio se ventila el descuartizamiento de España sin complejos ni vergüenzas, en nombre de una supuesta democracia que ellos han pisoteado con descaro. Y sin apoyo del pueblo catalán en nombre de quien supuestamente actúan, como todos los tiranos.

Veremos lazos amarillos, querrán liarla, irán de víctimas que es lo que hacen siempre los verdugos y desafiarán al poder judicial que no aceptan porque es el de un país que no reconocen como propio. Dominan la trampa del lenguaje y son especialistas en la escenificación de la mentira. De ellos no puede esperase otra cosa.

De los demás sí. Quiero recuperar la fe perdida en la justicia. No quiero votos particulares. Quiero unanimidad, quiero que los condenen por romper nuestra unidad, jugar con nuestras vidas y torear un sistema que todos nos hemos dado para vivir en paz. Quiero que el Tribunal Supremo no se la coja con papel de fumar. Quiero una sentencia técnica, impecable e implacable que de manera contundente no consagre la impunidad y el chantaje de los que quieren destruir España. Quiero una sentencia, no un galimatías. ¿Nos será concedida?

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