Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Planchabragas

Vox no tiene vocación de mayoría ni aspira a una gran base social, lo suyo es insultar, son unos maleducados

La precampaña de Pablo Casado ha entrado en la fase manotazos de ahogados, urge que el presidente nacional del PP se tumbe bajo la sombra de un almendro, se beba una tila -o copa de oloroso-, deje pasar un poco el tiempo y se proponga no volver a hacer ninguna propuestas hasta la primavera. No hace ni cinco años que los dirigentes socialistas sufrieron el mismo trance: si ellos padecieron la podemitis, el PP está enfebrecido con la voxitis. En esta competición por ver quién es más de derechas a Casado se le ha ocurrido esto de la maternidad sin madres, de un feminismo sin mujeres, de unos niños sin pecho y de una violencia machista sin género.

Tranquilo, Pablo, veamos.

Vox no tiene vocación de partido mayoritario, no desea convencer ni aspira a contar con una gran base social donde confluyan electores de distintos pensamientos, lo suyo es insultar, enfrentar, son unos maleducados, unos sobrados a los que no les importa acusar a los empleados de Salvamento Marítimo de servir de mulas de las mafias o de llamar "planchabragas" a Antonio Maíllo, el líder de IU. "Planchabragas del feminismo radical" y "acaudalado", según Francisco Serrano, líder andaluz de Vox y magistrado en excedencia, el que habló del Evangelio en el Parlamento. Maíllo siempre fue un caballero, Serrano.

Fraga aspiró a construir un partido de "mayoría natural", Vox desea destruirla y, de momento, ha conseguido desplazar al rincón de la derecha al PP y a Ciudadanos, a esa esquinita de rabia y frustración donde los de Abascal son imbatibles.

No es nuevo, le ocurrió al PSOE con Pablo Iglesias y sus compañeros defenestrados, los socialistas comenzaron a imitarlos y se abrieron en canal en aras de una democracia interna que ni Podemos ni Ciudadanos han abrazado. Los dos partidos más democráticos son, precisamente, los viejos, el PP y el PSOE, por mucho que Albert Rivera diga que Pedro Sánchez nunca se ha sometido a primarias.

Tranquilo, Pablo, eleva el debate.

España seguirá siendo un país de gente sensata mientras los grandes partidos no incurran en estupideces populistas, mientras no hagan el Cameron y lleven a un país a la ruina por ganarle el pulso al último en dejar el pub todas las noches. El laberinto del Parlamento británico es culpa de este tipo de personajes, rebeldes con menos causa que Santi Abascal, desde joven viviendo de la cosa pública y de las fundaciones de la tita Aguirre.

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